Por Argentina Jiménez
…que no por eso vale
más lo que tu dices… Elocuente esta letra de una canción para llamar la
atención sobre el tema violencia verbal.
Ningún tipo de violencia conduce a resultados positivos; en
cualquier tipo de relaciones interpersonales
manifestarse de tal manera ejerce una influencia nociva para amas partes
involucradas. Hasta los animales reaccionan negativamente si se sienten
agredidos así.
Algunos consideran que al elevar los decibelios de la voz
ganan en autoridad, y es todo lo contrario dañan su imagen ante los demás;
vociferar es, ante todo, sinónimo de mala educación; la persona que no sabe
controlar sus impulsos debe aprender a hacerlo para evitar males mayores
Este tipo de fenómeno tiene varias maneras de manifestarse:
una mirada iracunda, un gesto hostil, una frase irónica, hablar o responde de
mala forma, tirar algo en momentos críticos, todos son muestras de agresividad
extrema.
Si el perjudicado es un menor, esa acción violenta despertará
en él sentimientos contradictorios, al no poder discernir el porqué de una
actitud semejante: gritarle en vez de hablarle a la hora de bañarse, hacer la
tarea o comer, y si mira al interlocutor como preguntándole por qué, recibir un
¿qué miras?, tirarle del brazo al caminar para que lo haga al mismo ritmo de un
mayor de piernas más largas que las suyas.
También padece de ese mal un chofer que no detiene el ómnibus en una parada llena de
gente porque ese día amaneció con el “moño virado” y le importa un comino
quienes esperan por ese servicio, o el nieto que contesta bravuconerías a la
abuela y el padre lo reprime en mala forma.
La gritería y las ofensas no logran, generalmente, el efecto
deseado y sí herir sensibilidades, crear roces, rechazo, resentimiento, alejar
a las personas…, en fin, afectan las relaciones familiares, conyugales, de
amistad, y si sucede algo parecido en los centros docentes, incidirá
negativamente en el aprendizaje, el rendimiento escolar, el buen comportamiento del alumno y hasta
su deserción. La violencia verbal puede conducir a situaciones extremas, incluso la agresión
física.
Para lograr reacciones positivas en momentos coyunturales
difíciles, en particular con niños y jóvenes, converse, explique, convenza con
argumentos sólidos y creíbles, conserve la calma, no la pierda jamás, recuerde
que la paciencia es ilimitada si usted se lo propone y existen suficientes
razones para impedir los exabruptos y encaminar
una discusión por el camino adecuado.
Cuánto agradecería el ser humano ser tratado como tal.
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