miércoles, 17 de octubre de 2012

No me grites…


                                              
Por Argentina Jiménez

que no por eso vale más lo que tu dices… Elocuente esta letra de una canción para llamar la atención sobre el  tema violencia verbal.
Ningún tipo de violencia conduce a resultados positivos; en cualquier tipo de relaciones interpersonales  manifestarse de tal manera ejerce una influencia nociva para amas partes involucradas. Hasta los animales reaccionan negativamente si se sienten agredidos así.
Algunos consideran que al elevar los decibelios de la voz ganan en autoridad, y es todo lo contrario dañan su imagen ante los demás; vociferar es, ante todo, sinónimo de mala educación; la persona que no sabe controlar sus impulsos debe aprender a hacerlo para evitar males mayores
Este tipo de fenómeno tiene varias maneras de manifestarse: una mirada iracunda, un gesto hostil, una frase irónica, hablar o responde de mala forma, tirar algo en momentos críticos, todos son muestras de agresividad extrema.
Si el perjudicado es un menor, esa acción violenta despertará en él sentimientos contradictorios, al no poder discernir el porqué de una actitud semejante: gritarle en vez de hablarle a la hora de bañarse, hacer la tarea o comer, y si mira al interlocutor como preguntándole por qué, recibir un ¿qué miras?, tirarle del brazo al caminar para que lo haga al mismo ritmo de un mayor de piernas más largas que las suyas.
También padece de ese mal un chofer que no  detiene el ómnibus en una parada llena de gente porque ese día amaneció con el “moño virado” y le importa un comino quienes esperan por ese servicio, o el nieto que contesta bravuconerías a la abuela y el padre lo reprime en mala forma.
La gritería y las ofensas no logran, generalmente, el efecto deseado y sí herir sensibilidades, crear roces, rechazo, resentimiento, alejar a las personas…, en fin, afectan las relaciones familiares, conyugales, de amistad, y si sucede algo parecido en los centros docentes, incidirá negativamente en el aprendizaje, el rendimiento  escolar, el buen comportamiento del alumno y hasta su deserción. La violencia verbal puede conducir a  situaciones extremas, incluso la agresión física.
Para lograr reacciones positivas en momentos coyunturales difíciles, en particular con niños y jóvenes, converse, explique, convenza con argumentos sólidos y creíbles, conserve la calma, no la pierda jamás, recuerde que la paciencia es ilimitada si usted se lo propone y existen suficientes razones para impedir los exabruptos y encaminar  una discusión por el camino adecuado.
Cuánto agradecería el ser humano ser tratado como tal.


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