Por
Argentina Jiménez
II
Mucho
antes de septiembre de 1962, el Gobierno Revolucionario de Cuba conocía las
amenazas que se cernían sobre la
Isla; los planes de invadirla
estaban elaborados desde febrero de ese
año. La Administración
estadounidense no podía aceptar su derrota en Playa Girón y desde entonces
comenzó a urdir una agresión directa de sus fuerzas terrestres, aéreas y
navales.
Los
soviéticos tuvieron conocimiento de ese plan – se conocieron en detalle veinte
años después-, se lo comunicaron a la Dirección de la Revolución cubana, y,
como evidentemente la URSS
deseaba lograr una mejoría en la correlación de fuerzas con Estados
Unidos, le propuso, para garantizar la
defensa de Cuba, la instalación de un
mínimo de proyectiles de alcance medio en el país
El
Primer Ministro Fidel Castro calificaría de
colosal el esfuerzo tanto de los soviéticos para trasladar en el mayor
secreto y en breve tiempo las armas nucleares estratégicas y ubicarlas en el
territorio nacional, como de los cubanos para preparar las condiciones desde
todo punto de vista para recibirlas e instalarlas, puertos por donde desembarcarlas, escoger el personal idóneo,
los lugares de emplazamiento y de las
vías para llegar hasta allí, de protección de los cohetes y las unidades, entre
otras, todo dentro de la más absoluta discreción, algo harto difícil, en medio
de un movimiento de la envergadura como
el que había que realizar.
Nada detectaron los norteamericanos en los pocos
meses que duró la operación. Lo supieron
por una confidencia de un coronel miembro
de los servicios de información secretos
de la Unión Soviética,
quien les proporcionó el emplazamiento
exacto de las baterías de cohetes tierra-aire, que después detectó un avión
espía U-2 entre el 14 y 15 de octubre, siete días antes del inicio de la Crisis.
Volviendo
a los primeros días de ese mes, los
Estados Unidos concentraron fuerzas militares en zonas cercanas a la Isla con el pretexto de realizar, en el área del
Caribe, las maniobras Phibruglex 1/62. Ciento cincuenta mil reservistas estadounidense son llamados a filas. Varias
divisiones militares, integradas por más de cien mil efectivos de infantería y
fuerzas blindadas son reagrupadas en la Florida y Texas. Los vuelos espías de los U-2 sobre Cuba se
incrementan considerablemente ( ya habían aumentado desde septiembre).
El
2 de octubre, “con el fin de deshacerse del régimen de Castro y de la
influencia comunista soviética en Cuba”,
comienza en Washington la denominada Conferencia Hemisférica, que
convocada por el Secretario de Estado de los EE.UU., persigue que los gobiernos
latinoamericanos allí reunidos aprueben un plan con ese objetivo.
Dos
días después, el 4, el Congreso de la
nación norteña aprueba una resolución que recomienda conseguir de la Organización de
Estados Americanos, OEA, un acuerdo de
apoyo incondicional a los planes agresivos del gobierno estadounidense contra la Isla.
Palabras
clave: Cuba/ Estados Unidos/ planes invasión a Cuba/ EE.UU moviliza fuerzas
militares/ propuesta soviética/ traslado de
los misiles / aviones espías/ vuelos / detectan emplazamiento de
cohetes.
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