Por: Argentina Jiménez
Raúl Gómez García, el poeta de la Generación del Centenario, *, desde pequeño sobresale por
su patriotismo y amor
ilimitado a José Martí, Héroe Nacional
de Cuba, de quien es un ferviente lector y profundiza en su obra. A los doce años compuso sus primeros versos y a
los 24 ya había escrito hermosas páginas.
Nació La Habana, en la calle Tamarindo, número 65,
municipio de Diez de Octubre, el 14 de diciembre de 1928. A los ocho años de
edad queda huérfano de padre; de su madre Virginia recibe la ternura necesaria
y el consejo oportuno. Ella cuenta que de
niño le gustaban los animales y el deporte.
Primero practicó pelota y después
voleibol, baloncesto, natación y remos. Transcurre 1943. Raúl, aficionado a las letras, dedica tiempo
a escribir; denuncia en sus artículos en varios periódicos las injusticias,
privilegios y atropellos del régimen imperante. Con su prosa fustiga la ineptitud y corrupción del gobierno de
turno. Su combatividad y talento de
literato los pone al servicio de las causas nobles.
En 1947 llega al Instituto de Segunda
Enseñanza de la Víbora
con un expediente académico notable y concluye allí el bachillerato. Lleno de
inquietudes sociales, ingresa en el Partido del Pueblo Cubano –Ortodoxo-. En
ese tiempo trabaja como maestro
sustituto en el Colegio Baldor y abandona la carrera de Derecho que había
matriculado para estudiar Pedagogía, pues descubre su verdadera vocación en el
magisterio.
Cuando Fulgencio Batista da el golpe de
Estado el 10 de marzo de 1952, Raúl redacta el histórico trabajo ¿Revolución
sin juventud?, documento demoledor e implacable contra quien pretendía llamar revolución a la asonada
castrense. Sus ideas lo identifican con los jóvenes que en la clandestinidad
organizaban el asalto al cuartel Moncada, de la cual el fue uno de sus más
preclaros exponentes. Participa en el movimiento revolucionario en la labor de
propaganda clandestina en los periódicos Son los mismos y El acusador.
Era un joven que sabía lo que quería y
hacia ello dirigió su quehacer. Días antes de partir para Santiago de Cuba (capital
del oriente del país) redacta el Manifiesto del Moncada a la nación, que lee
Fidel Castro, jefe de esa acción, en la granjita Siboney, lugar desde donde
partieron para la acción del 26 de julio de 1953. También, para la cita decisiva escribió la inmortal poesía Ya
estamos en combate, la cual recita la histórica madrugada antes de partir para
el histórico suceso, que concluye de la manera siguiente:
“Por
nuestro honor de hombres ya estamos en combate./ Pongamos en ridículo la
actitud egoísta del tirano./ Luchemos hoy o nunca por una Cuba sin esclavos/.
Sintamos en lo hondo la sed enfurecida de la patria./ Pongamos en la cima del
Turquino la estrella solitaria.”
Revolucionario y poeta, Raúl Gómez García
ofreció su poema mayor en el Moncada: la vida; eso resume la verdadera esencia
de este joven que vio la luz en la capital cubana, cuna de la epopeya del Moncada,
y murió en la cuna de la
Revolución, como llaman a Santiago de Cuba, Ciudad Héroe de la República de Cuba, para
vivir eternamente en el corazón de su pueblo.
*Se llamó así a los jóvenes revolucionarios
asaltantes al Moncada porque esa acción tuvo lugar en el año del centenario del
nacimiento del Apóstol José Martí.