miércoles, 31 de octubre de 2012

Paseo sobre adoquines



No miren solo a la altura de sus ojos al andar por las calles adoquinadas de La Habana antigua. Levanten la vista y quedarán admirados de tanta elegancia que emana de sus balcones, de madera o hierro, sencillos o de complicados trabajos, todos hechos con elevado buen gusto.


Hermosas filigranas tejidas por manos privilegiadas de buenos herreros, diestras en el arte de adornar casas coloniales, conservan una seductora belleza, que harán recordar al transeúnte tiempos pasados rescatados para el presente y el futuro.

Observen aquellos detalles que hacen retrotraer la mente a épocas que dejaron su impronta en ese pedazo de historia reflejada en diversos tipos de arquitecturContemple también los guardavecinos, de finas y hermosas figuras, que como fronteras decorativas entre balcones corridos, caracterizaron las construcciones de momentos idos.a colonial o barroca, de siglos anteriores.

Todo ello destinado a deleitar el espíritu de quienes no debieran pasar de largo por esas calles estrechas y llenas de gente, reservorios de historia que el urbanismo de otras áreas de La Habana no han podido despojar de su magia y encanto.

sábado, 27 de octubre de 2012

Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara: vigentes sus ideas





Por Argentina Jiménez

Cuba no olvida a sus héroes. Del 8 al 28 de octubre se les rinde homenaje especial, aunque siempre están presentes entre los cubanos. Como cada 28 de octubre, aniversario de la desaparición física del  Señor de la Vanguardia, como llamara el Che  a Camilo, se realizará una peregrinación desde la Plaza de la Revolución José Martí en la capital cubana, por toda la avenida G hasta el malecón, muro a lo largo del cual se lanzarán flores al mar,  lo mismo que en ríos, presas, lagunas…
Cuando los revolucionarios son como Camilo y  Che se habla en presente, siguen combatiendo en cada batalla de la Patria y en los momentos difíciles están en la vanguardia, comandando al pueblo. En ninguno de los momentos difíciles perdieron la fe.
  Hombre sencillo, de inteligencia natural y alegría sin par, era el Señor de la Vanguardia. Intrépido. Muchas veces se jugó la vida, como algo muy normal. Lo mismo en las luchas estudiantiles, como en los preparativos de la expedición del yate Granma,  durante la guerra en la Sierra Maestra, en la Invasión y después del triunfo, en la toma del campamento militar de Columbia y en la acción que lo llevó a desaparecer.
  Era el  hombre de confianza de Fidel en los momentos más difíciles de la guerrilla. Audaz y fiel, Camilo, leyenda viva, salió del pueblo, dijo el Comandante en Jefe, y en el pueblo hay muchos Camilos. A él dedicó el Guerrillero Heroico su libro La guerra de guerrillas y dijo que podía considerarse un homenaje del Ejército Rebelde a  su Gran Capitán.
 Che, paradigma de revolucionario, creyó en un mundo mejor y por el luchó. De ideas profundas, el viaje junto a un amigo por América Latina hizo despertar
completamente  a su conciencia. Cuando se encontró con Fidel y Raúl en México y conoció de sus proyectos, encontró el cauce que buscaba para canalizar sus inquietudes sociales y políticas.
 Fue ejemplo en la Sierra, en la invasión y en la construcción socialista  a partir del primero de enero de  1959. De gran sensibilidad humana, sabía valorar en su  justo medio donde estaba su deber por encima de cualquier otro sentimiento. Hombre de acción, intachable, extraordinario. Su entrega al  internacionalismo lo convirtió en símbolo para todos los revolucionarios en el mundo.
El aniversario 15 de su regreso a tierra cubana, cuando sus restos fueron colocados en el Memorial que lleva su nombre en Santa Clara, capital de la provincia central de Villa Clara, fue conmemorado el 8 de octubre con disímiles actividades de todo tipo. Presente siempre los pioneros con su lema Seremos como el Che.
La empatía entre Camilo y el Che, a  pesar de sus diferentes caracteres, el primero risueño y jocoso, el segundo, de hermosa sonrisa también, pero serio, los unió en  entrañable amistad,  tanto en la lucha armada como después del triunfo revolucionario del primero de enero de 1959.  La vigencia de sus ideas y de su accionar están presentes en cada batalla que enfrenta la Mayor de las Antillas.

Despiden los restos de un diplomático cubano desaparecido durante la dictadura en Argentina



El consejero comercial cubano en la embajada de Cuba en Argentina ,Jorge Risquet Valdés Jiménez, mi sobrino,  me envió esta información que quiero compartir con mis lectores.

Los restos del diplomático cubano Crescencio Galañena Hernández, detenido y desaparecido en agosto de 1976 por la dictadura argentina, fueron homenajeados en la embajada de Cuba y este viernes fueron repatriados a su país, donde será recibido como mártir de la Revolució", anticipó el embajador cubano en el país suramericano Jorge Lamadrid Mascaró durante un emotivo acto.
De la ceremonia en la embajada de Cuba participaron en representación del gobierno argentino el secretario Legal y Técnico, Carlos Zanini; el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, el secretario de Relaciones Exteriores de la Cancillería, Eduardo Zuain, y el subsecretario de Política Latinoamericana, Diego Tettamanti.
 También estaba presente el presidente de la Comisión Provincial por la Memoria, Hugo Cañón; el titular del Partido Comunista Argentino, Patricio Echegaray; los fiscales Guillermo Friele y Mercedes Soiza Reilly, que estuvieron a cargo del juicio por Automotores Orletti, y Carlos Somigliana, miembro del Equipo Argentino de Antropología Forense, entre otros.
 Crescencio Galañena Hernández nació el 14 de septiembre de 1949 en Yaguajay, actual provincia de Sancti Spíritus, en una familia humilde de campesinos militantes del Partido Comunista, y no pudo iniciar su educación primaria hasta los 10 años, cuando triunfó la Revolución Cubana.
 Galañena Hernández ingresó muy joven al Servicio Exterior de su país, que en abril de 1975 lo destinó a la embajada de Cuba en Argentina, adonde llegó el 19 de agosto de 1975. Menos de un año más tarde, el 9 de agosto de 1976, cuando se retiraba a su casa luego de la jornada laboral, fue secuestrado por un grupo de tareas de la dictadura reinante entonces en ese país, junto a otro funcionario cubano, Jesús Cejas Arias.
 Los llevaron al campo clandestino de detención Automotores Orletti, donde fueron torturados y obligados a firmar una nota donde decían que desertaban de Cuba para vivir en el mundo capitalista, y luego fueron asesinados.
 Los restos de Galañena Hernández y los de Rosa María Clementi, una maestra de 31 años que daba clases a los hijos de los funcionarios de la embajada cubana en Buenos aires, fueron hallados el último 11 de junio por un grupo de chicos frente al aeródromo de San Fernando, dentro de un barril de metal oxidado, de 200 litros. La Policía encontró en la zona otros dos toneles similares que también contenían restos óseos.
 El fiscal de San Isidro, Luis Angelini, a cargo del área ejecutiva de investigaciones criminales de San Fernando, dio intervención al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que identificó los restos del funcionario cubano y de la maestra.
 Restan por ser hallados los restos de Cejas Arias y los de otros 11 ciudadanos argentinos que, como Rosa María Clementi, trabajaban o estaban vinculados con la embajada de Cuba.
 "En Cuba, en 1976, no podíamos comprender ni creer que desaparecieran nuestros diplomáticos", señaló el embajador Lamadrid Mascaró. "Luego supimos que Crescencio, el primer funcionario diplomático desaparecido, fue víctima del Plan Condor instaurado por las dictaduras que gobernaban en muchos países de América Latina", agregó.
 Lamadrid Mascaró destacó que en Cuba en la década de los 50, durante la tiranía de Fulgencio Batista, "sufrimos miles de muertes" y que las muertes siguieron tras el triunfo de la Revolución,  por acciones terroristas de organizaciones afincadas en territorio de los Estados Unidos". Hubo 3 578 muertos y 2 099 incapacitados permanentes. Ese es el precio de la libertad, como decía José Martí", subrayó, citando al prócer cubano.
 El embajador destacó que los restos de Galañena Hernández serán recibidos en Cuba por los tres hermanos, octogenarios, que quedan con vida, y que le rendirán homenaje como un martir , a la vez que abogó por la unidad latinoamericana como "la única vía para que nunca más tengamos que pasar por esto".

El secretario de Derechos Humanos argentino, Martín Fresneda, llevó "el saludo y el compromiso inclaudicable de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner" para continuar con la política de reparación de lo hecho por la dictadura que gobernó en Argentina entre 1976 y 1983.
 Tras destacar que fue el fallecido ex presidente Néstor Kirchner quien "supo interpretar el justo reclamo de las víctimas y convertirlo en una política de Estado que ahora lleva adelante la presidenta", el funcionario destacó que "ahora el Estado argentino viene a reparar pero esperamos en el corto plazo también devolver justicia".
 El primero en hablar, luego de que todos los funcionarios de la delegación cubana, los representantes del gobierno argentino e invitados especiales se alternaran en una guardia de honor en rededor de la urna donde estaban los restos óseos de Galañena Hernández, fue Carlos Somigliana, del EAAF.
 "Esta es una ocasión agridulce, contradictoria, porque es un sepelio que siempre es triste, pero a la vez sacamos un nombre de la lista de desaparecidos", señaló.
 "Este trabajo hermoso nos permite desarmar, cortar esa mentira que se llama desaparición. A Crescencio y a Jesús les hicieron firmar una nota diciendo que habían desertado para disfrutar de los beneficios del capitalismo, este trabajo nos permite derrumbar esa mentira", dijo.

viernes, 26 de octubre de 2012

Crisis de Octubre. Antes y después


                   
                                      VIII y final
Por Argentina Jiménez

El 28 de octubre de 1962,  los intercambios de mensajes entre Jruschov y Kennedy de los últimos días sobre cómo llegar a un acuerdo para resolver la crisis, llegaron al punto que podía significar un viraje en la tensa situación. El Primer Ministro de la URSS  le comunicó que como los motivos que los impulsaron  a prestar ayuda militar a Cuba desaparecían, al comprometerse el presidente norteamericano a no agredir ni invadir la Isla, ni tampoco sus aliados del hemisferio occidental,  daría instrucciones a los oficiales soviéticos para que llevaran a cabo las medidas dirigidas al cese de la construcción de los objetivos en los emplazamientos de los cohetes, su desmontaje y devolución a la Unión Soviética, con garantías de verificación.
Esta decisión la conoció el Gobierno Revolucionario de Cuba  por Radio Moscú, que  la hizo pública, sin que previamente lo informaran a la Isla. Al conocerlo, el Comandante en Jefe Fidel Castro emitió una declaración en la que fijaba la posición cubana al respecto, y estableció cinco condiciones como garantía contra la agresión yanqui.
A continuación la  declaración del Primer Ministro cubano:
En relación con el pronunciamiento formulado por el presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy en carta enviada  al Primer Ministro de la Unión Soviética Nikita S. Jruschov , en el sentido de lo que los Estados Unidos aceptarían después de establecerse adecuados arreglos a través de las Naciones Unidas, eliminar las medidas del bloqueo en vigor y dar garantías contra una invasión a Cuba; y en relación con la declaración anunciada por el Primer Ministro Nikita Jruschov de retirar del territorio cubano las instalaciones de armas de defensa estratégicas, el Gobierno Revolucionario de Cuba declara que:
No existirán las garantías de que habla el presidente Kennedy contra una agresión a Cuba, si además de la eliminación del bloqueo naval que promete, no se adoptan, entre otras, las siguientes medidas:
Primero: Cese del bloqueo económico y de todas las medidas de presión comercial y económicas que ejercen los Estados Unidos en todas las partes del mundo contra nuestro país.
Segundo: Cese de todas las actividades  subversivas, lanzamiento y desembarco de armas y explosivos por aire y mar, organización de invasiones mercenarias, filtración de espías y saboteadores, acciones todas que llevan a cabo desde el territorio de los Estados Unidos y de algunos países cómplices.
Tercero: Cese de los ataques piratas que llevan a cabo desde bases existentes en los Estados Unidos y Puerto Rico.
Cuarto: Cese de todas las violaciones de nuestro espacio aéreo y naval por aviones y navíos de guerra norteamericanos.
Quinto: Retirada de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio cubano ocupado por los Estados Unidos.
En carta dirigida a Fidel, Jruschov, después de mencionar el acuerdo al que llegó con el presidente Kennedy y de expresar que comprende la indignación de Cuba ante las acciones  agresivas de los Estados Unidos y la violación de las normas elementales del derecho internacional, pide a Fidel paciencia, además de firmeza, para que no se frustre el acuerdo, y finaliza manifestando: “Nosotros de nuestra parte haremos todo para estabilizar la situación de Cuba, defender a Cuba de una invasión y asegurarles las posibilidades de la construcción pacífica de la sociedad socialista”.
El Comandante en Jefe  Fidel Castro le responde el mismo día. Señala las razones que motivaron que Cuba abriera fuego contra los aviones espías, le informa que Cuba es contraria a la inspección de su territorio y le reitera las posiciones planteadas en los cinco puntos de su declaración. Termina señalando que si el mantenimiento de la paz se logra “de manera justa, sólida y definitiva, será un inestimable servicio a la humanidad”.
 El gobierno norteamericano hizo caso omiso a los  cinco puntos planteados por Fidel en su declaración, los cuales  consideró como inalcanzables en aquellos momentos.
Cincuenta años han pasado y el bloqueo se mantiene, aun más recrudecido, al igual que la administración yanqui sigue ocupando territorio cubano en Guantánamo y las acciones agresivas, intensificadas,  no han cesado.
Los días 30 y 31 de octubre  se desarrollaron las conversaciones  de la delegación de la ONU encabezada por U Thant, invitada por el Gobierno Revolucionario de Cuba. Al llegar, el secretario interino de la ONU declaró que venía “ a negociar,  no a inspeccionar”  y reconoció que “la soberanía de Cuba es un requisito básico”. El 31 Fidel reafirmó a los visitantes el derecho de Cuba a la independencia y ratificó los cinco puntos, como única garantía de una verdadera y definitiva paz en el área del Caribe. Del mismo modo ratificó su rechazo a toda tentativa yanqui de inspeccionar el territorio cubano y  corroboró la  determinación del pueblo cubano de defender su soberanía.
En  respuesta a la carta de  Jruschov  del día 30, Fidel , el 31, le escribe y destaca la alta moral y serenidad del pueblo cubano ante la inminencia de una guerra nuclear y el dolor que causó la decisión del gobierno soviético de retirar los cohetes emplazados en la Isla. (Vale recordar que el dolor no solo fue de los cubanos, sino de muchos soviéticos que junto al pueblo caribeño estaban dispuestos a defender  a Cuba al precio que fuera necesario).
Mas adelante, el Comandante en Jefe Fidel Castro le dijo que en ningún momento le sugirió que asestara el primer golpe si EE.UU. invadía el país, “sino que después del ataque imperialista, la URSS actuara sin vacilaciones y no cometiera jamás el error de permitir las circunstancias de que los enemigos descargaran sobre ella el primer golpe”. Rebatió, además, lo afirmado por Jruschov  de que Cuba fue consultada sobre la decisión tomada por él.
Entre los días  29  y 31 de octubre fueron desmantelados los emplazamientos, y el 31 comenzó la retirada  de las armas defensivas sin que  la parte cubana pusiera obstáculo alguno. Sin embargo, la verificación se hizo en aguas internacionales, pues Cuba no permitió ninguna inspección en territorio nacional. .El 9 de noviembre ya se habían  retirado los cohetes.
Según escribió Rubén G. Jiménez Gómez, el 15 de septiembre de 2012 en el periódico Granma, “(…) Jruschov afirmó varias veces por escrito que todas las cargas nucleares ya habían sido retiradas; no estaba bien informado o era una mentira más, pues estas permanecieron en Cuba hasta el 1 de diciembre de 1962, casi dos semanas después de ser suspendida la “cuarentena” y liquidada la crisis…”.
Esta terminó el 20 de noviembre de ese año cuando el Primer Ministro soviético accedió a las exigencias yanquis de que retirara también los bombarderos  ligeros IL-28, lo cual fue motivo de un largo litigio entre EE.UU. y la URSS,  después de llevarse las armas estratégicas. Una concesión más del gobernante soviético.
Se evitó la conflagración nuclear, pero EE.UU. no cumplió con todo lo acordado entre las dos potencias. Las agresiones del imperialismo yanqui contra la Isla no han cesado nunca; suman millones las cifras destinadas a la destrucción de la Revolución cubana, y si este país sigue en pie construyendo la sociedad socialista ha sido por la decisión de su pueblo de defenderla a cualquier precio.

 Fuentes utilizadas en esta serie:  Cuba. 42 años de la Revolución. Cronología histórica. 1959-1982. Tomo 1. Editora Ciencias Sociales.  Algunos artículos de Rubén G. Jiménez Gómez publicados en el periódico Granma. Fidel Castro Ruz,  discurso 24 de octubre de 1962. Obra Revolucionaria No.31 Editorial Nacional de Cuba. Fidel Castro Ruz, Informe al pueblo de Cuba.  1 de noviembre de 1962.  Obra Revolucionaria No.32, Editorial Nacional de Cuba.

Palabras clave: Jruschov /Kennedy/acuerdo/retirar cohetes/ Fidel Castro/declaración/retiran cohetes/ levantan bloqueo naval/fin de la Crisis de Octubre.

Crisis de Octubre o de los Misiles. Antes y después





                                          VII

Por Argentina Jiménez

El 25 de octubre, al conocer el secretario interino de la ONU U Thant que barcos de la URSS se aproximaban a la zona de “cuarentena”, apeló por segunda vez, de manera urgente,  a los gobiernos de esta nación y de Estados Unidos a fin de evitar una confrontación entre ambas partes y les  pidió tiempo para tratar el asunto y encontrar una solución.
La dirección soviética aceptó y transmitió a los capitanes de los buques que se mantuvieran alejados de la referida zona, pero la administración norteamericana continuó con su tono amenazador y prepotente.
Mientras el representante de Naciones Unidas buscaba una vía para garantizar la paz, el Comité Ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., reunido ese mismo día, debatía sobre diferentes variantes, ninguna a favor de Cuba,  y la situación seguía empeorándose. Para quienes rodeaban al presidente Kennedy, el conflicto militar era inevitable, y en horas de la noche, al interpretar las últimas fotos aéreas sobre territorio cubano concluyeron que las labores de preparación en los emplazamientos de los cohetes avanzaban con rapidez.
“Teniendo en cuenta estos factores, el presidente Kennedy dio indicaciones al Departamento de Estado de comenzar la preparación para crear un gobierno civil en Cuba después de la invasión y ocupación del país; también decidió aumentar la cantidad de vuelos a baja altura sobre Cuba de dos al día a uno cada dos horas, violando de forma grosera la soberanía del país”, escribió el investigador y protagonista de aquellos difíciles días, Rubén G. Jiménez Gómez.
En carta enviada por Jrushov a Kennedy el día 26  le reiteró la necesidad de dar una solución pacífica a la crisis, que el carácter de las armas soviéticas existentes en la Isla era defensivo y  vuelve a aclararle las causas que determinaron la ayuda de su país a Cuba. Asimismo le planteó la posibilidad de eliminar cualquier tipo de armamento procedente de su nación a la Mayor de las Antillas si Estados Unidos se comprometía públicamente a levantar el bloqueo naval y a no invadir o promover acciones militares contra su territorio.
El cielo cubano volvió a ser invadido por los vuelos rasantes de los aviones espías a partir de la mañana del día 26, hecho que aumentaba el peligro de un ataque aéreo sorpresivo.
Dada tales circunstancias, el Comandante en Jefe Fidel Castro ordenó que desde el 27 de octubre le dispararan a todo avión enemigo que violara  el espacio aéreo de Cuba. Tal como había señalado el Primer Ministro cubano, a las 10:17 de la mañana de ese día, un grupo coheteril soviético derribó un U2 en el municipio de Banes, en la entonces provincia de Oriente.
El mismo 27, Fidel  escribió al Primer Ministro  de la Unión Soviética para  advertirle sobre la inminencia de una invasión de los EE.UU. a la Isla, la cual, le dijo,  enfrentarán con firmeza y le expresó que si se produjera, la URSS no debería permitir que los imperialistas descargaran el primer golpe nuclear.
.Fidel, en respuesta a un mensaje de U Thant, el 27,  le manifiesta su disposición  a dialogar con el objetivo de resolver el conflicto si Norteamérica suspende las amenazas, las acciones agresivas y el bloqueo naval. Puntualizó la decisión de no retroceder en sus principios y derechos soberanos ante las presiones del imperialismo y que solamente negociaría en condiciones de igualdad.
Un intercambio de misivas entre Kennedy y Jrushov se sucede también el 27. Este último mandatario le expresó al presidente norteamericano, entre otros asuntos sobre el tema en cuestión, que retiraría el armamento nuclear defensivo que instaló en Cuba a cambio de que Estados Unidos retirara sus cohetes de Turquía. Kennedy, en respuesta, le ofrece suspender la llamada “cuarentena” a la Isla si se lleva las armas soviéticas,  que insiste en calificar de ofensivas.
  Del 27 al  29 de octubre fueron los días en que el mundo estuvo más cerca de una guerra nuclear.

Palabras clave: U Thant/ pide tiempo/ Jrushov accede /Kennedy no/ aviones espías/aumentan vuelos/Fidel Castro/ordena derribar aviones espías/derriban un U2/empeora la crisis.

Crisis de Octubre o de los Misiles. Antes y después



                                 VI
Por Argentina Jiménez

Al día siguiente de decretar el bloqueo naval alrededor de Cuba, el Presidente Kennedy  aprobó  seis vuelos de reconocimiento a baja altura  a fin de  conseguir más fotografías de las posiciones de los cohetes instalados por  la Unión Soviética en Cuba, lo cual se hizo efectivo poco antes del mediodía del propio 23 de octubre.
 Una desenfrenada campaña publicitaria desataran los medios de comunicación de Norteamérica a propósito de la situación creada a partir de  la referida declaración del mandatario estadounidense,  y algunos  daban nombres de las posibles ciudades de esa nación que podrían ser impactadas por los cohetes soviéticos y cifras de las posibles pérdidas humanas, al extremo que a medida que se difundían tales informaciones, aumentaba el pavor en la población.
Mientras eso sucedía en el país norteño, en la pequeña nación del Caribe la gente circulaba tranquilamente por las calles, continuaba sus labores habituales y en los puestos de trabajo de quienes se movilizaron, otros u otras, ocupaban su lugar y seguían llevando a cabo los planes de producción, tanto en la industria como en la agricultura,  y demás tareas, así como funcionaban los teatros, cines, la radio y la televisión… sin olvidar la permanente vigilancia, sobre todo en lugares clave, para impedir algún sabotaje o acción contrarrevolucionaria.
 Por su parte, los movilizados al llamado del Comandante en Jefe Fidel Castro,  se preparaban para la guerra, que parecía inminente. 
Todos sentían cercano el peligro de una agresión  militar directa de los Estados Unidos, pero nunca estuvo más alta la disposición de combatir al enemigo de siempre, resistir el bloqueo naval declarado o cualquier acción que se le ocurriera, incluso la invasión. En la mente de los cubanos, la convicción de  vencer o morir. Cuba entera estaba en pie de guerra, donde quiera había gente armada con el tipo de armamento que tuviera a la mano, sin contar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que disponía del mejor, adquirido en aquellos momentos.. El fervor patriótico inundaba cada rincón de la  Isla, y no había ni uno que no estuviera en pie de combate… En síntesis, en la Isla no cundió el pánico. Todos los recursos del país estaban puestos en función de defender la Patria.
Cuba movilizó  a “54 divisiones de infantería (cinco de ellas permanentes, nueve reducidas y 40 de tiempo de guerra); cuatro brigadas (una de tanques y tres de artillería);  17 batallones independientes (diez  para la lucha contradesembarco, seis de creación de obstáculos y uno de tanques; seis grupos de artillería reactiva (lanzacohetes múltiples) y tres grupos independientes de morteros de 120 mm; 20 unidades navales de la Marina de Guerra Revolucionaria; 118 baterías de Artillería antiaérea (100 de ellas de cañones y 18 de ametralladoras) y 47 aviones de combate”, según cita Rubén G Jiménez Gómez en un artículo publicado el 11 de agosto de 2012, en el periódico Granma.
En esos momentos  ya se encontraban en suelo cubano, además de disímiles armas y medios estratégicos,  43 mil efectivos de la Agrupación de Tropas Soviéticas.
Varias reuniones se realizaron ese día: del Comité Ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos,  del Consejo de Seguridad de la ONU, el Órgano de Consulta de la OEA, …; hubo intercambios de misivas entre Kennedy y Jruschov, y mensaje de este a Fidel Castro, todos en función de apoyar la “cuarentena”, o de discutir sobre su ilegalidad de acuerdo con leyes internacionales, pero… a las  7:00 p.m. del 23 de octubre el presidente Kennedy declaraba que el bloqueo naval a Cuba se realizaría a partir de las dos de la tarde del 24.
Este día, el secretario general interino de la ONU , U Thant, en carta a las tres partes directamente involucradas en el conflicto, los exhortaba a discutir una solución pacífica a la crisis.

Palabras clave: Vuelos espías/ campaña mediática/ pánico en EE.UU./ Tranquilidad en Cuba/los cubanos/en pie de guerra/armamento en disposición combativa/ bloqueo naval /Kennedy aprueba inicio.







miércoles, 17 de octubre de 2012

No me grites…


                                              
Por Argentina Jiménez

que no por eso vale más lo que tu dices… Elocuente esta letra de una canción para llamar la atención sobre el  tema violencia verbal.
Ningún tipo de violencia conduce a resultados positivos; en cualquier tipo de relaciones interpersonales  manifestarse de tal manera ejerce una influencia nociva para amas partes involucradas. Hasta los animales reaccionan negativamente si se sienten agredidos así.
Algunos consideran que al elevar los decibelios de la voz ganan en autoridad, y es todo lo contrario dañan su imagen ante los demás; vociferar es, ante todo, sinónimo de mala educación; la persona que no sabe controlar sus impulsos debe aprender a hacerlo para evitar males mayores
Este tipo de fenómeno tiene varias maneras de manifestarse: una mirada iracunda, un gesto hostil, una frase irónica, hablar o responde de mala forma, tirar algo en momentos críticos, todos son muestras de agresividad extrema.
Si el perjudicado es un menor, esa acción violenta despertará en él sentimientos contradictorios, al no poder discernir el porqué de una actitud semejante: gritarle en vez de hablarle a la hora de bañarse, hacer la tarea o comer, y si mira al interlocutor como preguntándole por qué, recibir un ¿qué miras?, tirarle del brazo al caminar para que lo haga al mismo ritmo de un mayor de piernas más largas que las suyas.
También padece de ese mal un chofer que no  detiene el ómnibus en una parada llena de gente porque ese día amaneció con el “moño virado” y le importa un comino quienes esperan por ese servicio, o el nieto que contesta bravuconerías a la abuela y el padre lo reprime en mala forma.
La gritería y las ofensas no logran, generalmente, el efecto deseado y sí herir sensibilidades, crear roces, rechazo, resentimiento, alejar a las personas…, en fin, afectan las relaciones familiares, conyugales, de amistad, y si sucede algo parecido en los centros docentes, incidirá negativamente en el aprendizaje, el rendimiento  escolar, el buen comportamiento del alumno y hasta su deserción. La violencia verbal puede conducir a  situaciones extremas, incluso la agresión física.
Para lograr reacciones positivas en momentos coyunturales difíciles, en particular con niños y jóvenes, converse, explique, convenza con argumentos sólidos y creíbles, conserve la calma, no la pierda jamás, recuerde que la paciencia es ilimitada si usted se lo propone y existen suficientes razones para impedir los exabruptos y encaminar  una discusión por el camino adecuado.
Cuánto agradecería el ser humano ser tratado como tal.


Abel Santamaría martiano y fidelista



Ochenta y cinco años cumple el 20 de octubre quien devino símbolo de la vanguardia revolucionaria de los jóvenes de la Generación del Centenario, que en 1953 llevó a cabo el asalto al cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, en el oriente cubano: Abel Santamaría Cuadrado.
El joven que por sus cualidades excepcionales llegó a ser el segundo al mando del  ataque a esa fortaleza militar,  nació ese día de 1927 en Encrucijada, antigua provincia de Las Villas –actualmente denominada Villa Clara-,  de donde se trasladó  a La Habana en 1947 en busca de mejores condiciones de vida y con la idea de proseguir estudios.
De espíritu patriótico, desde pequeño -en primaria ganó un premio por una composición en la que exponía sus ideas sobre las prédicas de José Martí y las figuras del mayor general  Antonio Maceo y el general en jefe del Ejército Libertador de Cuba, en la segunda mitad del siglo XVIII, Máximo Gómez-, Abel cultivó el hábito de la lectura y  tenía como libros  de cabecera obras de Martí y de los clásicos del marxismo leninismo; después de conocer a Fidel Castro, en 1952, el líder revolucionario le sugeriría cómo estudiar esos textos.
Desde su primer encuentro afloró la empatía entre  ambos jóvenes  que los unió para siempre y Abel lo secundó en sus ideas de llevar adelante un movimiento revolucionario dirigido a liberar a la patria. Con ese objetivo desarrollaron juntos  disímiles tareas.
Él y un grupo de compañeros identificados con el pensamiento de Fidel, determinaron actuar en acciones clandestinas, y su vivienda de la calle 25 y O, en el Vedado, en la capital,  pasa a ser el sitio donde se reúne la Dirección del Movimiento. Con la colaboración de un primo suyo publican un periódico para hacer llegar las ideas revolucionarias al pueblo, lo denominaron Son los mismos;  posteriormente, a sugerencia de Fidel, lo llamaron El acusador;   pocos meses después por una delación  los agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) irrumpieron en la imprenta donde lo hacían  y se llevaron detenidos a sus editores.
Cuentan que era serio,  estudioso, jovial, preocupado por sus compañeros, en particular de su hermana Haydée, a quien llevó a vivir con él, y de Melba Hernández -ambas, posteriormente, participantes y  Heroínas del Moncada-,  todos los que visitaban la casa de 25 y 0 conformaban una tropa muy unida en la vida cotidiana y en la lucha.
Fueron  meses de intenso ajetreo en los preparativos de la acción del Moncada –que el resto de los compañeros desconoció hasta el mismo día del histórico hecho-: entrenamiento, precisión de planes, acopio de armas, uniformes, y todo lo necesario para llevar a cabo el propósito perseguido, durante los cuales sobresalió siempre Abel por su extraordinaria visión política y su permanente optimismo. Con estricto sentido de la disciplina acataba las orientaciones de Fidel, a quien fue leal hasta el último hálito de vida.
Llega el momento de la verdad y parte para Santiago de Cuba,  se hace cargo de la  granjita Siboney –lugar donde se concentrarían los combatientes que asaltarían el cuartel Moncada-, alquilada a su nombre por Renato Guitart –revolucionario santiaguero-, quien aparecería  como socio suyo -el fungiría como administrador-, en el negocio de pollos. Enseguida traba relaciones amistosas  con los pocos vecinos del área, lo que le serviría de fachada para los verdaderos propósitos del Movimiento.
Paralelamente, él y Renato cumplían otras tareas en la capital oriental: chequeo de las postas del Moncada, los recorridos de las guardias, del hospital Saturnino Lora, alquilar locales para albergues, prepararlos, hacerse de armas y cartuchos, ser anfitriones de algunos compañeros que iban desde La Habana a cumplir determinada misión y también recibir y guardar en lugares apropiados lo que llegaba a Santiago destinado para la operación.
De incesante movimiento fueron los dos días previos al ataque a la segunda fortaleza más importante de la tiranía de Fulgencio Batista, pero en medio del fragor revolucionario encontró tiempo para llevar a pasear a los vecinos de frente a la granjita -la familia de Ángel Núñez, ya mayores-, lo que denota su carácter afable y humanitario. Ese fue el último paseo de Abel en su corta existencia.
La  madrugada del 26 de julio de 1953, al distribuir Fidel las tareas, el joven es designado para comandar el  grupo que tomaría el hospital civil Saturnino Lora, para desde allí disparar hacia el enclave militar, al igual que haría el grupo que iría al Palacio de Justicia, en apoyo al asalto.  Él quería ir en el de la vanguardia a fin de preservar a Fidel, pero el jefe revolucionario lo convenció: “Mi puesto está al frente de los combatientes. No puedo estar en otra parte. Pero tú, Abel, es preciso que vivas. Si yo muero, tú me sustituirás”. Tal era la confianza depositada en él por el líder del Movimiento..
Al ser detenido, los jenízaros se ensañaron con él y cómo lo defendió  Fidel en el juicio por el asalto al Moncada, cuando le dijeron que había extraído dinero de la casa donde trabajaba para engrosar los fondos de la Revolución:
“Esa es una calumnia infame; la memoria de Abel no la pueden manchar. Había que conocerlo, Abel era el más valiente, el más recto; era honesto. No puede pensarse nada deshonesto de su persona...” ,
De él también dijo que era “el más generoso, querido  e intrépido de nuestros jóvenes, cuya gloriosa resistencia lo inmortaliza ante la historia de Cuba”.




Crisis de Octubre o de Los Misiles. Antes y después.



                                    (V)
Por Argentina Jiménez
 El Presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy,  se dirigió a  su país y a todo el mundo,  el 22 de octubre de 1962,  para informar sobre su decisión  de llevar a cabo un bloqueo naval alrededor de Cuba,  al cual nombró cuarentena, para encubrir el carácter prepotente y guerrerista de esa medida.
 Las llamadas “fuerzas de tarea”, encargadas de hacer efectivo el bloqueo, incluyeron 238 buques, ocho portaviones, dos cruceros, 118 destructores, 13 submarinos, 65 buques anfibios y 32 auxiliares.
El gobierno norteamericano también  orientó ese día evacuar a todo  el personal civil de la base naval de Guantánamo, que usurpa en el extremo oriental de Cuba, mientras la Junta de Jefes de Estados Mayores impartió directivas, desde el Pentágono, a la Flota del Atlántico. Comenzaron a desconcentrarse los bombarderos B-27 del Comando Aéreo Estratégico de 40 aeropuertos civiles de los EE. UU,    cada uno de esos bombarderos con sus respectivas cargas nucleares. Los aviones quedaron listos para despegar en quince minutos.
Al mismo tiempo, quedó decretado el estado de máxima alerta para las tropas norteamericanas situadas en Europa Occidental y en el Lejano Oriente, lo que hicieron también los aliados yanquis de la OTAN.
Ante la decisión del Presidente de los Estados Unidos de  aplicar el bloqueo naval alrededor de  Cuba, por la instalación de cohetes de alcance medio en la Isla, el Comandante en Jefe Fidel Castro puso en estado de alerta de combate a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el mismo   22 de octubre, y dos horas después decretó ese estado en todo el país.
Al día siguiente,  el  gobierno soviético emitió una declaración en la que condenaba y  rechazaba los actos de fuerza del gobierno norteamericano. Manifestaba, del mismo modo, el respaldo incondicional de la URSS  a la Revolución cubana y su disposición a defenderla, así como  daba instrucciones .al mariscal Malinovski, ministro  de Defensa, para poner urgentemente  a las fuerzas armadas soviéticas en completa disposición combativa.
Además, hizo pública una declaración  en la que condenaba el establecimiento del bloqueo, la intercepción y el registro de los buques con destino a Cuba y prevenía al gobierno de los Estados Unidos sobre los riesgos de realizar las medidas anunciadas por el Presidente Kennedy. Similar  posición de la Unión Soviética adoptaron los restantes países del Pacto de Varsovia.
En igual fecha -23 de octubre-,  el Primer Ministro del Gobierno Revolucionario de Cuba, Fidel Castro, compareció ante la radio y la televisión para responder al agresivo discurso de John F. Kennedy,  denunciar el ensañamiento de los Estados Unidos contra la Isla  e informar al pueblo sobre la grave situación que enfrentaba el país.
Advirtió que Cuba resistiría el bloqueo imperialista, no se desarmaría, enfrentaría con serenidad la amenaza nuclear y que quien pretendiera inspeccionar  el territorio nacional tendría que venir en zafarrancho de combate.
Y afirmó :
“Si frente al más elemental interés de la humanidad, los imperialistas forzaran las cosas hasta el punto de desatar una guerra, dolorosísima  para la humanidad, también la responsabilidad histórica será suya. Y sobre sus hombros –mejor dicho, sobre sus cenizas-, tendrá que cargar la tremenda y aplastante responsabilidad del daño que puedan ocasionarle al mundo.”

Palabras clave: Estados Unidos/Presidente/bloqueo naval/Cuba/  /máxima estado  de alerta/FuerzaArmadas/FidelCastro/discurso/UniónSoviética/declaración.

Crisis de Octubre o de los Misiles. Antes y después



                                    (IV)
Por Argentina Jiménez


Antes de declarar el bloqueo naval,  durante varios días integrantes del Comité Ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos,  expresaron sus criterios sobre qué medidas adoptar contra Cuba por haber  permitido instalar armas estratégicas en su territorio, tan próximo a esa nación. 
 Uno se pronunció por el ataque aéreo limitado,  dirigido, solo,  a la destrucción de los emplazamientos coheteriles: otro,  por el golpe aéreo amplio y sorpresivo, pero el hermano del Presidente, Robert Kennedy,  se opuso, pues alegó que eso dañaría la moral de su país en lo interno y en el exterior.
 Eso sucedió el 18 de octubre de 1962; al final primó como mejor solución, aunque no definitiva, el bloqueo naval, pues todos sabían que no  era ilegal que la Unión Soviética tuviera cohetes en la Isla y, además, como dijo Theodore Sorensen, asesor de John F Kennedy:  “Los soviéticos tenían perfecto derecho a hacer lo que hicieron, siempre que el Gobierno cubano estuviese de acuerdo. Kennedy estaba preocupado de que los soviéticos apelaran  a la opinión pública mundial,  invocando la ley internacional” , según escribió  Rubén J. Jiménez Gómez en un artículo aparecido en el periódico Granma el 21 de julio de 2012.
Sin embargo, ese mismo día, los integrantes de la Junta de Jefes de Estados Mayores, abogaron, en una parte de las sesiones del referido Comité Ejecutivo ,por un ataque militar rápido, porque, arguyeron,  un bloqueo naval podría no ser efectivo.
Varias fechas se valoraron para llevar a cabo las acciones contra la Isla: el 21 de ese mes, primero, y el  23, después, para el ataque aéreo, y para comenzar la invasión, el 28, en primera instancia, o mejor el 30. Los debates en tal sentido continuaron el 19.
Refiere Jiménez Gómez que a las cinco de la tarde del 18, se entrevistaron el Presidente Kennedy y el ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Soviética, Andrei Gromyko; este último  le dijo que la ayuda de la URSS a Cuba tenía como objetivo incrementar su capacidad defensiva y para ello estaba entrenando a los cubanos  en el manejo de armas defensivas, así como contribuir a su desarrollo.
Kennedy, por su parte, le leyó una declaración en la que subrayaba lo peligroso que resultaría que los soviéticos situaran en el cercano país cohetes o armas ofensivas. En la conversación ninguno de los dos aludió a los cohetes instalados en la Isla.
Tras debatir durante largo tiempo, el 20 el Presidente norteamericano tomó la decisión de aplicar el bloqueo
El Gobierno norteamericano inició el día 21, la concentración de aviones y barcos de guerra en el área de La Florida, lo cual fue denunciado por la prensa internacional como preparativos de una agresión contra Cuba., y llevó a cabo un amplio movimiento de sus diferentes armas. Al mismo  tiempo, reforzó la base naval de Guantánamo, incrementando sus efectivos al doble –de ocho mil a 16 mil- y realizando trabajos ingenieros urgentes.   También se filtró a los medios de difusión masiva que se avecinaba una inminente crisis.

Palabras clave: Agresión a Cuba/ Variantes/ Debates/ Presidente Kennedy/ Aprueba  bloqueo naval/ Incrementa movimiento  tropas/


Crisis de Octubre o de los Misiles. Antes y después



                                       III
Por: Argentina Jiménez

“Anadir”, como se llamó  la operación relacionada con la Crisis de Octubre, fue la respuesta cubano-soviética a las amenazas de Estados Unidos de agredir a la Isla. En su contexto,  Cuba recibió de la URRS, desde el sexto mes de 1962,  diferentes equipos de combate y sus respectivas dotaciones, y miles de efectivos de  infantería.
Asimismo, los primeros cohetes R-2 de más de dos mil kilómetros de alcance,  llegaron desde la lejana nación a la Mayor de las Antillas el 9 de septiembre. El 16 y 22 de ese mes, arribaron  otros buques con carga similar, y  posteriormente, los días 2, 6 y 16 de octubre, ya los de ese tipo estaban en  suelo cubano.
El 16, cuando John F. Kennedy ve las fotos aéreas que muestran los emplazamientos de cohetes de alcance medio en territorio nacional cubano y  ordena incrementar los vuelos de reconocimiento sobre la Isla, además de  tomar otras medidas, sumaban 42  los cohetes estratégicos R-2 repartidos en diversos sitios de la provincia de Las Villas –actual Villa Clara- y del occidente cubano, con sus  emplazamientos listos.
Mientras así se desarrollaban los acontecimientos en Cuba,  el vecino del Norte, como parte de la Operación Mangosta, que según analistas contemplaba la posibilidad de un ataque militar contra la isla caribeña,  precisamente para octubre, agrupaba un número significativo de fuerzas  próximas a la Isla, con el pretexto de  llevar a cabo  ejercicios y maniobras militares.
Al segundo día de haber sido descubiertos los emplazamientos de cohetes en San Cristóbal, Pinar del Río –el 15 de octubre-,  dio inicio el ejercicio PHIBRILEX 62, considerado uno de los más importantes y peligrosos para Cuba.
El teniente coronel ® y fundador de las Tropas Coheteriles cubanas, Rubén G. Jiménez,  señaló al respecto que “se desarrollaría hasta el 30 de octubre con la participación de más de cuarenta buques, 20 mil marinos y cuatro mil infantes de marina, e incluía la realización del asalto anfibio de la isla de Vieques, en Puerto Rico, convertida en la ficticia “República de Vieques”,  para derrocar al imaginario tirano “Ortsac”, que es el apellido de Castro al revés. No había que hacer un gran esfuerzo para descifrar el objetivo oculto de la maniobra”.
 Unido a lo anterior, continuaban las agresiones contra la pequeña nación antillana. El día 9  del mismo mes, el Ministerio de las Fuerzas Armadas de la Isla denunció que un avión  estadounidense  efectuó .nuevos disparos  de cohetes sobre la zona  ubicada al sur de Mata Abajo, poblado al oeste de la base naval de Guantánamo, y el 13, volvió a hacer  otra cuando una lancha pirata tipo P-T, procedente de Estados Unidos, abrió fuego contra una embarcación deportiva cubana en la que viajaban cuatro ciudadanos de esta nacionalidad, en las cercanías de Cayo Blanco, al norte de la provincia de Matanzas.
Solamente dos de los que iban en la nave regresaron. Luego se supo que los dos desaparecidos: los milicianos Filiberto Suárez Lima y Miguel Cao Medina,  habían sido secuestrados gravemente heridos y llevados a Miami.
Volviendo a las armas estratégicas procedentes de la URSS, de acuerdo con informaciones de un protagonista de la parte cubana,  estaba previsto  el arribo de cohetes R-4, con un alcance de cuatro mil kilómetros; sin embargo, al desencadenarse la crisis, Nikita Jruschov,  Primer Ministro de la Unión Soviética,  después de conversar con el presidente norteamericano, con desconocimiento del Gobierno Revolucionario de Cuba,  ordenó su regreso. Ya la administración norteamericana había impuesto el bloqueo naval contra la Isla.
.Pasados unos cuantos años, el líder revolucionario Fidel Castro aludió a errores tácticos y militares de los soviéticos en aquellas circunstancias, y mencionó, por ejemplo, instalar los cohetes y no usarlos,  haber permitido los vuelos de exploración de los aviones norteamericanos y no proteger de estos los emplazamientos militares estratégicos. De haber sucedido lo contrario,  el U-2 espía  que detectó  los cohetes no hubiera podido hacerlo.
Palabras clave
Operación Anadir/ respuesta cubano-soviética/ llegada de equipos militares pesados/ cohetes R-2/ los detectan/ informan a Kennedy/ más agresiones/ retornan cohetes R-4/ Fidel Castro/valoración.

Crisis de Octubre o de los Misiles. Antes y después



Por Argentina Jiménez
                                          II
Mucho antes de septiembre de 1962, el Gobierno Revolucionario de Cuba conocía las amenazas que se cernían sobre la Isla;  los planes de invadirla estaban elaborados desde febrero de  ese año. La Administración estadounidense no podía aceptar su derrota en Playa Girón y desde entonces comenzó a urdir una agresión directa de sus fuerzas terrestres, aéreas y navales.
Los soviéticos tuvieron conocimiento de ese plan – se conocieron en detalle veinte años después-, se lo comunicaron a la Dirección de la Revolución cubana, y, como evidentemente la URSS deseaba lograr una mejoría en la correlación de fuerzas con Estados Unidos,  le propuso, para garantizar la defensa de Cuba,  la instalación de un mínimo de proyectiles de alcance medio en el país
El Primer Ministro Fidel Castro calificaría de  colosal el esfuerzo tanto de los soviéticos para trasladar en el mayor secreto y en breve tiempo las armas nucleares estratégicas y ubicarlas en el territorio nacional, como de los cubanos para preparar las condiciones desde todo punto de vista para recibirlas e instalarlas, puertos por donde  desembarcarlas, escoger el personal idóneo, los lugares de  emplazamiento y de las vías para llegar hasta allí, de protección de los cohetes y las unidades, entre otras, todo dentro de la más absoluta discreción, algo harto difícil, en medio de un  movimiento de la envergadura como el que había que realizar.
 Nada detectaron los norteamericanos en los pocos meses que duró la operación.  Lo supieron por una confidencia de un coronel miembro  de los servicios de información secretos  de la Unión Soviética, quien les proporcionó  el emplazamiento exacto de las baterías de cohetes tierra-aire, que después detectó un avión espía U-2 entre el 14 y 15 de octubre, siete días antes del inicio de la Crisis.
Volviendo a  los primeros días de ese mes, los Estados Unidos concentraron fuerzas militares en zonas cercanas a la Isla  con el pretexto de realizar, en el área del Caribe, las maniobras Phibruglex 1/62. Ciento cincuenta mil reservistas  estadounidense son llamados a filas. Varias divisiones militares, integradas por más de cien mil efectivos de infantería y fuerzas blindadas son reagrupadas en la Florida y Texas.  Los vuelos espías de los U-2 sobre Cuba se incrementan considerablemente ( ya habían aumentado desde septiembre).
El 2 de octubre, “con el fin de deshacerse del régimen de Castro y de la influencia comunista soviética en Cuba”,  comienza en Washington la denominada Conferencia Hemisférica, que convocada por el Secretario de Estado de los EE.UU., persigue que los gobiernos latinoamericanos allí reunidos aprueben un plan con ese objetivo.
Dos días después, el 4, el  Congreso de la nación norteña aprueba una resolución que recomienda conseguir de la Organización de Estados Americanos, OEA,  un acuerdo de apoyo incondicional a los planes agresivos del gobierno estadounidense contra la Isla.

Palabras clave: Cuba/ Estados Unidos/ planes invasión a Cuba/ EE.UU moviliza fuerzas militares/ propuesta soviética/ traslado de  los misiles / aviones espías/ vuelos / detectan emplazamiento de cohetes.

Crisis de octubre o de los misiles. Antes y después




Datos de momentos cruciales de  aquellos días de 1962, cuando el mundo estuvo al borde de una conflagración nuclear,  y  los cubanos se movilizaron en defensa de su Revolución, les ofrecemos  a los internautas, por ser ilustrativos del desarrollo de los acontecimientos de entonces y de la posición de la Isla ante la nueva agresión de los Estados Unidos.

Argentina Jiménez

Desde los inicios del triunfo de la Revolución cubana, el primero de enero de 1959,  los gobernantes estadounidenses y sus servidores de otros países, y la contrarrevolución interna y externa,  comenzaron a perpetrar agresiones de todo tipo con el objetivo de destruirla o acabar con la vida de  su líder Fidel Castro.
 Dos de las  más significativas hasta 1962 fueron la invasión  por Playa Girón, en abril de 1961, donde los imperialistas yanquis sufrieron la primera derrota militar en América, y la Crisis de octubre o de los misiles, cuyo climax  comenzó el 22 de octubre de 1962 .
El 18 de septiembre de  ese año, en Ministerio de las Fuerzas Armadas de la Isla denunció las violaciones del espacio aéreo cubano por aviones militares de EE.UU, en diferentes lugares del país.
 El 27, el Congreso de la nación norteña  aprobó la Resolución Conjunta No. 230, la cual otorgaba al Presidente John F. Kennedy la facultad   de emplear las armas contra Cuba, alegando falsas acciones agresivas  de la Mayor de las Antillas en el hemisferio occidental y con la finalidad de impedir  la instauración o el uso por la Isla de una capacidad militar  que pusiera en peligro la seguridad de los Estados Unidos. También reafirmaba el apoyo a los enemigos de la Revolución en el territorio nacional en sus  acciones contra los poderes del Estado.
 El Consejo de Ministros de Cuba, en una  reunión el 29 para considerar dicha Resolución, que amenazaba a la Isla con una agresión armada, en una
declaración al respecto denunciaba tales propósitos del gobierno estadounidense y advertía al mundo acerca de la gravedad de la situación que se estaba  creando por esa causa. Al mismo tiempo ratificaba la política de principios de la Revolución Cubana y sus anhelos de vivir en paz con todos.
 La declaración finalizaba indicando: “El Congreso de Estados Unidos puede dictar normas dentro de las fronteras de su país; pero en cuanto a nosotros concierne, su Resolución tiene tanto valor como un papel en el cesto, con destino al basurero de la historia”.


lunes, 8 de octubre de 2012

Ernesto Che Guevara, ¡VIVE!


Cuarenta y cinco años hace que el Che Guevara anda por el mundo guiando las luchas de los pueblos por su  definitiva independencia. Aún continúa quitándole el sueño a quienes pretenden detener el curso de la Historia.

Por: Argentina Jiménez
                                      
   “(…) Porque Che reunía, en su extraordinaria
  personalidad, virtudes que rara vez aparecen juntas.
 Él descolló como hombre de acción insuperable; Che
 era un hombre de pensamiento  profundo, de
  inteligencia visionaria, un hombre de profunda cultura.
 Es decir, que reunía en su personalidad al hombre de
                                         ideas y al hombre de acción.”

                                                                                            Fidel Castro

No porque hayas caído/ tu luz es menos alta.* … Se escucha en las voces de los jóvenes que reclaman empleo, educación gratuita; los hombres y mujeres que enarbolan pancartas y elevan sus gritos contra las políticas de sus gobiernos, que no piensan en las necesidades de sus pueblos, o aplican medidas neoliberales, un cáncer en el seno de sus sociedades, que les cercena sus medios de existencia, con recortes económicos, mientras la minoría acumula riquezas.
 Tu luz alumbra a  todos los pobres de la Tierra, que no vislumbran un futuro mejor para sus hijos, sus familias; a quienes sufren persecución, prisión, por combatir contra el imperialismo, sostén de gobernantes  que lo secundan en sus agresiones contra países independientes, pacíficos, obligados a defenderse para no caer en sus garras.
Che, todavía te queda mucho por hacer en este mundo. Mas, puedes ver  cómo de  las raíces de tu siembra libertaria empiezan a brotar árboles en naciones latinoamericanas, y  otras se empinan hacia el objetivo de lograr su segunda independencia.
De la inspiración de la poetisa cubana Mirta Aguirre escojo estos versos que tanto se avienen a ti:
 -¿Dónde estás, caballero, el más puro/ caballero, el mejor caballero?
–Encendiendo el hachón guerrillero/ en lo oscuro, señora, en lo oscuro.
Que no te vean no quiere decir que no estás.  Sí estás, lo has dicho: -en lo oscuro… ,/ -En aquel que haga suyos mi guante…/ . Allí donde haces falta, tu presencia se siente. Presente siempre en cada contienda por la emancipación del ser humano.
Repito, Che, mucho, mucho, tienes que hacer en la América Nuestra, y en otras partes de este Planeta, que si los oídos de los poderosos no se hacen eco del llamado a salvarlo, ¿qué será de la humanidad?
Tu consigna de lucha, tu invencible ¡Hasta la victoria siempre¡ es el faro que ilumina el camino de los pueblos. Tu mandato no cesa.


* Che Comandante, de Nicolás Guillén, Poeta Nacional de Cuba