El 12 de julio de 2015 se cumplen doscientos años del nacimiento
de esa gran
patriota Orígenes, primeros tiempos, matrimonio.
Por: Argentina Jiménez
¡Qué
halo rodearía a Mariana Grajales Cuello para haber inspirado a José Martí, el Héroe Nacional de la
independencia de Cuba, a escribir
tantas bellas y sentidas páginas y epítetos
elogiosos!
La nombran La Madre de los Maceo, La
Madre de todos los cubanos, La
Madre de la patria, La madre de la nación y Martí la llamó
Mariana Maceo, apellido de hombres valientes, corajudos, inscritos
para siempre
en la historia; mas, Mariana Grajales Cuello brilla
con luz propia.
Cuando vino al mundo distaba mucho la fecha de
la abolición de la esclavitud en Cuba, pero ella nació libre,
porque sus padres,Teresa
Cuello Zayas y José Grajales Matos, mulatos, lo eran, y
ni
siquiera habían sufrido ese flagelo.
Procedían de la isla de Santo de Domingo, de donde llegaron en una de las oleadas de
franceses, mestizos y negros que emigraron o huyeron cuando la sublevación de los esclavos en Haití.
La
mayoría de los biógrafos de la familia Maceo Grajales dan como
fecha de nacimiento de Mariana el 26 de junio de 1808, pero según consta en su
partida de nacimiento conservada en el Archivo de la parroquia de Santo Tomás Apóstol en
Santiago de Cuba, capital oriental de la Isla -la ciudad natal- , y por la memoria oral de
muchos de
sus descendientes, vio la luz primera el
12 de julio de 1815.
Todo parece indicar que solo recibió educación
mínima en el hogar
, pues en aquellos tiempos estaba vedada para los mulatos y pobres una instrucción mayor. Algunos
consideran estudió las primeras letras (la cartilla), pero aún
persisten dudas sobre si sabía
leer
y escribir. Unos afirman que sí, otros lo contrario.
Lo más cierto parece ser, de acuerdo con el
historiador Eduardo Torres
Cuevas, que en el hogar paterno se nutrió como alimento espiritual
de las fuerzas morales que lo sustentaban.
También contribuyeron a la formación de su
carácter las labores en el campo en la finca propiedad de su
progenitor, próxima a la ciudad
donde residía la familia. A medida que crecía, se fue convirtiendo
en una mujer recia, de principios
inflexibles, trabajadora
incansable y con una inteligencia natural, vivaz y ágil.
No
lejos de su casa había una
prisión de cimarrones (esclavos que huían de los azotes y otros maltratos
físicos de los amos blancos)
y, según han escrito, la pequeña tuvo conocimiento de esos
lugares y también de los palenques (sitios intrincados
de
Oriente donde ellos se escondían y vivían en libertad).
Lógico
es pensar que conoció de tan inhumana situación afrontada por los esclavos en Santo Domingo por relatos
de sus padres, y lo
que escuchaba en su entorno. Eso fue
calando en su conciencia y desarrollando,
por un lado, un sentimiento de repulsa hacia el
régimen
colonialista español imperante, y por otro, sus ideas libertarias.
Aunque poco se sabe de la niñez y adolescencia
de Mariana resulta dable imaginar la influencia ejercida
en ella por su padre, porque,
dada su condición de mulato libre y humilde, y haber conocido
la esclavitud en su tierra natal, sentía vergüenza por ese hecho aborrecible y la discriminación de su
raza en la Isla.
Ella, muy joven, contrajo nupcias el 21 de
marzo de 1831 con un
mestizo también libre, Fructuoso Regüeiferos Hechavarría, con
quien tuvo sus primeros cuatro hijos varones.
Por las
circunstancias en que estos terminaron sus vidas, puede
deducirse que el marido ansiaba la libertad de Cuba, influyó
en sus descendientes y sembró la semilla
de un mayor
desarrollo
posterior de las ideas independentistas de Mariana y comportamiento con sus hijos.
Regüeiferos
falleció el 5 de julio de 1840. Viuda, sola y pobre, tuvo que
volver a la casa de sus padres.
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