Martí y Máximo Gómez

Por: Argentina Jiménez
Fragmento del
Manifiesto

Por haberse rubricado en
ese sitio se conoce como el Manifiesto de Montecristi, y el inmueble sede del
histórico hecho es venerado y lo mantienen remozado.
Poco antes de partir ese mismo día en
arriesgada travesía hacia la región oriental de Cuba para sumarse a la Guerra Necesaria, ambos
próceres suscribieron el documento programático que definía los objetivos,
carácter y alcances de la guerra.
Su trascendencia política y económica las
había señalado el Apóstol en muchas ocasiones a lo largo de los últimos años,
cuando afanosamente preparaba las condiciones para llevar a cabo la contienda.
En el Manifiesto se extracta el contexto geopolítico e histórico en que la Isla la reanudaba, y en su
contenido quedaba plasmado, además, el papel llamado a jugar por esta en el
mundo en el futuro, cuando fuera independiente.
La guerra había comenzado el 24 de febrero, patentizando
la máxima del Apóstol de que “las guerras estallan cuando hay causas para ellas”,
y existían sobremanera: eran muchos los patriotas muertos en la del 68 (la de
los Diez Años), y subsistían prejuicios raciales. Por ello alertaba sobre el "insensato y jamás en
Cuba justificado temor a la raza negra", y precisaba: “(…) solo los que odian
al negro, ven en el negro odio”.
Y no era solo el propósito que animaba la
contienda liberarse de la metrópoli
española y crear una república sin los males de la colonia, sino, y
sobre todo, impedir el influjo del vecino del Norte –Estados Unidos de América)
en la América
nuestra y el Caribe.
Consciente Martí de la importancia del
Manifiesto como arma en la lucha ideológica de aquellos momentos, orientó divulgarlo ampliamente, en primer lugar en
Cuba, y dejaba bien clara una frase con mucha vigencia en la actualidad en la Isla: “De pensamiento es la
guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento”.
Tarja en patio casa de Montecristi
No hay comentarios:
Publicar un comentario