martes, 17 de marzo de 2015

Aniversario 120 de un trascendental documento



 


                                                                    Martí y Máximo Gómez





Sumario: El Manifiesto de Montecristi fue el último documento escrito por José Martí antes de partir hacia Cuba para incorporarse a la Guerra Necesaria, como llamó a la de 1895. Importancia y trascendencia del documento.

Por: Argentina Jiménez




                                               Fragmento del
                                                 Manifiesto  
                                                                                                                 
                     En un casón de tablas de Montecristi, República Dominicana, firmaron el 25 de marzo de 1895 el Manifiesto del Partido Revolucionario Cubano a Cuba, el Delegado de esa organización política, José Martí, y el general en jefe del Ejército Libertador de la Isla, Máximo Gómez.
   Por haberse rubricado en ese sitio se conoce como el Manifiesto de Montecristi, y el inmueble sede del histórico hecho es venerado y lo mantienen remozado.   
 Poco antes de partir ese mismo día en arriesgada travesía hacia la región oriental de Cuba para sumarse a la Guerra Necesaria, ambos próceres suscribieron el documento programático que definía los objetivos, carácter y alcances de la guerra.
 Su trascendencia política y económica las había señalado el Apóstol en muchas ocasiones a lo largo de los últimos años, cuando afanosamente preparaba las condiciones para llevar a cabo la contienda. En el Manifiesto se extracta el contexto geopolítico e histórico en que la Isla la reanudaba, y en su contenido quedaba plasmado, además, el papel llamado a jugar por esta en el mundo en el futuro, cuando fuera independiente.
 La guerra había comenzado el 24 de febrero, patentizando la máxima del Apóstol de que “las guerras estallan cuando hay causas para ellas”, y existían sobremanera: eran muchos los patriotas muertos en la del 68 (la de los Diez Años), y subsistían prejuicios raciales. Por ello  alertaba sobre el "insensato y jamás en Cuba justificado temor a la raza negra", y precisaba: “(…) solo los que odian al negro, ven en el negro odio”.
 Y no era solo el propósito que animaba la contienda liberarse de la metrópoli  española y crear una república sin los males de la colonia, sino, y sobre todo, impedir el influjo del vecino del Norte –Estados Unidos de América) en la América nuestra y el Caribe.
  Consciente Martí de la importancia del Manifiesto como arma en la lucha ideológica de aquellos momentos, orientó  divulgarlo ampliamente, en primer lugar en Cuba, y dejaba bien clara una frase con mucha vigencia en la actualidad en la Isla: “De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento”.
                Tarja en patio casa de Montecristi









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