Por:
Argentina Jiménez
La
vetusta fortaleza de San Carlos de La
Cabaña y el Castillo de los Tres Reyes del Morro se llenarán
de público en breves días: a sus calles centenarias regresarán bibliófilos de
todas las edades, cada uno con un interés específico o sin él, pero allí
estarán. Los convoca una de las fiestas más multitudinarias de La Habana: la Feria Internacional
del Libro Cuba 2015.
En
esos días (del 12 al 22 de febrero) algunos pondrán en duda si de verdad los
cubanos leen poco, porque no solo al citado escenario por excelencia, sino al
Pabellón Cuba y a otros espacios,
acudirán miles de habaneros o no de la capital en busca de algún título. Contrario
a la percepción bastante generalizada, hay quienes afirman que en los últimos
años los jóvenes del patio se interesan más por leer, y los cubanos están
leyendo por encima de la media mundial.
Lo cierto: siempre es tiempo para asumir la
máxima martiana que preside la
Feria: "Leer es crecer”. Crecer intelectualmente, en el
orden espiritual.
Son días de diversión esperados por muchos
para, además de adquirir lo deseado, participar en la presentación de
determinado volumen o disfrutar de alguna de las variadas actividades que
paralelamente son organizadas: coloquios, paneles, lecturas, conciertos,
encuentros de intelectuales, conferencias…
Al
decir de Eduardo Fernández Collado, director general de la Feria, esta “se ha
convertido en el acontecimiento más trascendental del movimiento editorial
cubano desde su inicio en 1982, y en el evento cultural más aglutinador del
país. Más que un espacio para adquirir libros e intercambiar con los autores,
ha devenido escenario para mostrar, en sus diversas facetas, el dinamismo de
nuestra vida cultural”.
La FILH 2015 tiene como país invitado de honor este año a la República de la India y los autores
homenajeados son Olga Portuondo Zúñiga, Premio Nacional de Ciencias Sociales y
Humanísticas 2010, y Leonardo Acosta, Premio Nacional de Literatura 2006.
Al concluir
en La Habana, la Feria, como ya es habitual, recorrerá ciudades y pueblos, este año con
mayor duración que en ediciones anteriores, pues se extenderá hasta el mes de abril. Lo que es ya una
tradición más del pueblo cubano,
esperado por bibliófilos, autores, editores, libreros y distribuidores
nativos y foráneos, constituye hace más de tres décadas un espacio de diálogo
entre las literaturas latinoamericanas,
de países de Europa, África, Asia,
y de las procedentes de otras
culturas que habitualmente participan en el acontecimiento.
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