Argentina Jiménez
Cuando a
un año y casi dos meses de la constitución de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, en la capital venezolana, un evento de
trascendencia histórica acababa de concluir con éxito: su Primera Cumbre,
celebrada en Chile.
En aquella ocasión, la
diversidad entre las naciones miembros no fue óbice para que la voz de mandatarios
y jefes de gobiernos se alzara para coincidir en puntos fundamentales dirigidos
a consolidar la integración política, económica, social y cultural, incluidos
en el documento final acordado.
En
tan corto tiempo desde su fundación, la CELAC había demostrado la enorme importancia de
aquella decisión de diciembre de 2011, y eran evidentes los pasos de avances en
el proceso de integración de la región, sin los gringos dictando órdenes.
Palabras
y frases clave se escucharon en boca de
varios representantes de los países participantes: el respeto a la paz,
solidaridad, defensa del
multilateralismo, condena al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, en franca
violación de la Carta
de las Naciones Unidas y de las Normas del Derecho Internacional, la unidad de
los pueblos del área, el respaldo a la Revolución Bolivariana
y las muestras de afecto hacia el Presidente Chávez y el deseo de su pronta
recuperación.
No
faltaron tampoco, el respaldo a Argentina en su reclamo de las Islas Malvinas,
el valor de la Comunidad
como mecanismo para la cohesión regional, la inserción en el contexto
internacional y el avance hacia el desarrollo sustentable, abogar por una
América Latina libre de colonialismo, y proseguir insistiendo en la necesidad
de proteger el medio ambiente.
De
relevancia irrebatible se habló de la necesidad de buscar alternativas a fin de
garantizar el apoyo a los más vulnerables y luchar por la seguridad alimentaria
a fin de derrotar el hambre y la pobreza.
En
este último aspecto, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de
Cuba Raúl Castro, en su intervención en la Primera Cumbre,
dijo: “(…) No podemos olvidar que cerca de 170 millones de latinoamericanos y
caribeños viven en la pobreza, 66 millones de personas en la región están en la
pobreza extrema, de los cuales 34 millones son menores”.
¡Qué
pensaría José Martí en el aniversario de su 160 cumpleaños, día en que se
clausuró el evento, cuando escuchó a Raúl y recordó aquella máxima suya, hecha
realidad en la Patria
que no lo olvida: “Los niños nacen para ser felices”!
Martí
y Bolívar aún tienen mucho que hacer en la América Nuestra. Siguiendo sus
ideales marcha la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Y
tal como el Héroe Nacional cubano concibió y logró la unidad de los veteranos
de las guerras de independencia en la
Isla, y los nuevos patriotas, y Fidel continuó su legado
histórico, las conquistas del pueblo caribeño son resultado de esa
irrenunciable unidad que lo caracteriza y ha hecho que venza tantos traspiés
puestos por el enemigo del Norte y por sus propias ineficiencias.
Tal
como afirmó el siempre presente Presidente Chávez en su mensaje a la Cumbre: “La CELAC es el proyecto de unión política, económica,
cultural y social más importante de nuestra historia contemporánea. Tenemos
todo el derecho de sentirnos orgullosos: La Nación de Repúblicas, como la llamaba el
Libertador Simón Bolívar, ha comenzado a perfilarse como una hermosa y feliz
realidad”.
Cuba,
al asumir la Presidencia Pro
Tempore de la CELAC,
de seguro haría el mejor trabajo posible para fortalecerla y .así
ha sido.
Durante ese tiempo ha fomentado el trabajo, respetando cada uno de los principios esbozados en la Declaración de Caracas, y consciente de que es el instrumento político requerido para resolver las diferencias, tal y como expresara Raúl Castro en la Cumbre de 2011
Durante ese tiempo ha fomentado el trabajo, respetando cada uno de los principios esbozados en la Declaración de Caracas, y consciente de que es el instrumento político requerido para resolver las diferencias, tal y como expresara Raúl Castro en la Cumbre de 2011
Tres
años después de su fundación, la
CELAC agrupa 33 naciones independientes al sur del río Bravo,
de cuya sabiduría depende dirigir sus enfoques hacía la búsqueda de la tan
ansiada unidad. El hecho de que la región tenga una voz propia y se vaya
ganando un especio en el complejo escenario mundial, es de por sí un gran
avance.
Los
próximos días 28 y 29 de enero se celebrará la
II Cumbre de la CELAC, en La Habana, con el tema central
de la lucha contra la pobreza, el hambre y las desigualdades, en la cual se
valorará la fortaleza alcanzada en los últimos años en diversos escenarios,
pero, asimismo, los grandes retos a los que se enfrenta cada día y el
compromiso común de afrontarlos.
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