lunes, 30 de marzo de 2015

Abril en la historia



 
A cargo de Argentina Jiménez
tinticu (årroba)yahoo.es
Día
1/1895      Desembarcan por la playa de Duaba, Baracoa, el general Antonio Maceo y otros patriotas.
1/1980      Pedro Ortiz Cabrera, custodio de la Embajada    de Perú en La Habana, pierde la vida cuando
                 elementos   antisociales penetran violentamente en esa sede diplomátic
 3/2000      Inauguran la Tribuna Antiimperialista José Martí.
4/4/1961   Creación de la Unión de Pioneros Rebeldes de Cuba, hoy Organización de Pioneros José Martí.
4/4/1962   Constitución de la Unión de Jóvenes Comunistas
5/1895      Muere el mayor general del Ejército Libertador Guillermo Moncada.
6/1835    Muere el educador José Agustín Caballero, maestro de  Félix Varela, José Antonio Saco y José  
             de  la  Luz y Caballero, su sobrino.
7/ 1985    Fallece el pintor René Portocarrero en La Habana
9/1895     En esta fecha comienza José Martí su segundo y último diario, el de campaña, conocido también 
               con el título "De  Cabo Haitiano a Dos Ríos", el  cual culmina el 17 de mayo.
9/4/1958   Huelga General Revolucionaria contra la tiranía de Batista.
10/1892    José Martí crea el Partido Revolucionario Cubano.
10/ 1895    Cae en combate el general santiaguero Francisco Adolfo Crombet y Tejera, quien era llamado 
                 por el cariñoso apelativo de Flor.     
10/4/1961  Fundación de  los círculos infantiles.
10/4/1967  Cae en Bolivia el combatiente internacionalista Jesús Suárez Gayol, integrante de la guerrrila del 
                  Che..
 11/4/1895  Desembarco de José Martí, Máximo Gómez y demás acompañantes, por Playitas de 
                 Cajobabo, Oriente.
  3/4/1961   Perece  heroicamente Fe del Valle, en el sabotaje  a  la tienda  El Encanto.
15/1895      Ascienden a José Martí al grado de Mayor General.
15/4/1961  Aviones B26 bombardearon los aeropuertos de San Antonio de los Baños, Ciudad Libertad y 
                Santiago  de Cuba.
16/4/1961 Proclamación del carácter socialista de la Revolución. Día de la fundación del Partido Comunista 
                de Cuba
16/4        Día del  miliciano.
17/4/1961 Fuerzas mercenarias  organizadas y financiadas  por Estados Unidos desembarcan por Playa 
                Girón.
17/4         Día de la DAAFAR.
18/1965  Fallece el destacado dirigente comunista César Escalante.
18/4/1819 Nace en Bayamo Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria.
18         Día del Tanquista.
19         Día de la Victoria.
19/1980   Marcha del Pueblo Combatiente.
20/1957  Asesinan  en un apartamento de Humboldt 7 a los   combatientes del Directorio Revolucionario 
               Fructuoso Rodríguez, José Machado (Machadito), Joe Westbrook  y Juan Pedro Carbó Serviá.
22/1870   Nace el guía del proletariado mundial Vladimir Ilich Lenin.
25/1961  El presidente norteamericano  John F. Kennedy admite su total responsabilidad por la invasión 
               mercenaria  de Playa Girón.
25/1967  Muere en combate  en Bolivia, Eliseo Reyes (Capitán San Luis), integrante de la guerrilla del Che.
26/1985   Fallece la revolucionaria Elena Gil, figura destacada en el desarrollo educacional en Cuba a partir
              de 1959.
 29/1956  Reynold García y otros revolucionarios atacan el cuartel Goicuría, en Matanzas. El mismo día de 
               1960 entregan la instalación militar al MINED.

             



martes, 17 de marzo de 2015

Aniversario 120 de un trascendental documento



 


                                                                    Martí y Máximo Gómez





Sumario: El Manifiesto de Montecristi fue el último documento escrito por José Martí antes de partir hacia Cuba para incorporarse a la Guerra Necesaria, como llamó a la de 1895. Importancia y trascendencia del documento.

Por: Argentina Jiménez




                                               Fragmento del
                                                 Manifiesto  
                                                                                                                 
                     En un casón de tablas de Montecristi, República Dominicana, firmaron el 25 de marzo de 1895 el Manifiesto del Partido Revolucionario Cubano a Cuba, el Delegado de esa organización política, José Martí, y el general en jefe del Ejército Libertador de la Isla, Máximo Gómez.
   Por haberse rubricado en ese sitio se conoce como el Manifiesto de Montecristi, y el inmueble sede del histórico hecho es venerado y lo mantienen remozado.   
 Poco antes de partir ese mismo día en arriesgada travesía hacia la región oriental de Cuba para sumarse a la Guerra Necesaria, ambos próceres suscribieron el documento programático que definía los objetivos, carácter y alcances de la guerra.
 Su trascendencia política y económica las había señalado el Apóstol en muchas ocasiones a lo largo de los últimos años, cuando afanosamente preparaba las condiciones para llevar a cabo la contienda. En el Manifiesto se extracta el contexto geopolítico e histórico en que la Isla la reanudaba, y en su contenido quedaba plasmado, además, el papel llamado a jugar por esta en el mundo en el futuro, cuando fuera independiente.
 La guerra había comenzado el 24 de febrero, patentizando la máxima del Apóstol de que “las guerras estallan cuando hay causas para ellas”, y existían sobremanera: eran muchos los patriotas muertos en la del 68 (la de los Diez Años), y subsistían prejuicios raciales. Por ello  alertaba sobre el "insensato y jamás en Cuba justificado temor a la raza negra", y precisaba: “(…) solo los que odian al negro, ven en el negro odio”.
 Y no era solo el propósito que animaba la contienda liberarse de la metrópoli  española y crear una república sin los males de la colonia, sino, y sobre todo, impedir el influjo del vecino del Norte –Estados Unidos de América) en la América nuestra y el Caribe.
  Consciente Martí de la importancia del Manifiesto como arma en la lucha ideológica de aquellos momentos, orientó  divulgarlo ampliamente, en primer lugar en Cuba, y dejaba bien clara una frase con mucha vigencia en la actualidad en la Isla: “De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento”.
                Tarja en patio casa de Montecristi









domingo, 15 de marzo de 2015

Vigencia del periodismo de José Martí



           

 El Doctor Pedro Pabló Rodríguez, Premio Nacional de Historia y Premio Nacional de Ciencias Sociales,  disertó sobre Martí periodista en el Centro de Estudios Martianos en el  homenaje a los periodistas por el Día de la Prensa Cubana,  instituido en 1992 en tributo al primer número del periódico Patria, fundado por el Héroe Nacional.

Por: Argentina Jiménez

Eficacia y belleza literaria caracterizaron el periodismo de José Martí
junto a la eticidad, el compromiso, la responsabilidad y entrega, elementos
inseparables en el trabajo de cualquier comunicador, expresó
el doctor Pedro Pablo Rodríguez, invesigador y responsable de la edición crítica de la obra
del Héroe Nacional de Cuba.
El también Premio Nacional de Historia, Premio Nacional de Ciencias Sociales y periodista deleitó con una conferencia magistral sobre el tema a los concurrentes al homenaje a los periodistas ofrecido por el Centro de Estudios Martianos con motivo del Día de la Prensa Cubana, en la cual puntualizó que esa profunda eticidad es la que hace que en ella haya un humanismo de responsabilidad social.
Precisó al referirse al dilema entre literatura y periodismo, que para él no hay frontera entre los dos, y subrayó que Martí recrea con un lenguaje y estilo propios, el poder de descripción, la diversidad de géneros y el manejo del relato.
Mas adelante significó que quien no sepa escribir en cualquiera de los medios y no domine el lenguaje, no estará preparado para expresarse, para transmitir el mensaje y ser convincente.
 El doctor Pedro Pablo Rodríguez mostró satisfacción porque está surgiendo entre los periodistas cubanos, dijo, la mirada personal en los trabajos de opinión y otros. Al respecto destacó que la opinión personal de estos profesionales es decisiva, importante.
Qué mejor ejemplo que el de José Martí para enfrentar los retos actuales, por eso este 14 de marzo, Día de la Prensa Cubana,  es también el día  de José Martí, apuntó finalmente

 Martí y su Visión Sobre los Estados Unidos de América a la luz del siglo XXI

La ocasión fue propicia para presentar oficialmente el Grupo de Trabajo Interdisciplinario José Martí y su Visión Sobre los Estados Unidos de América a la luz del siglo XXI, por parte de la directora del Centro de Estudios Martianos (CEM) Ana Sánchez Collazo.
 El Grupo , presentado oficialmente en el CEM como línea priorizada del trabajo de la institución, tiene como objetivo valorar la visión martiana sobre los Estados Unidos de América mediante acciones que revelen su vigencia como arma ideológica para enfrentar los desafíos de la guerra de pensamiento que se  hace a Cuba  en la actualidad.
 Lo integran numerosas instituciones, invesigadores  y estudiosos de la obra del Héroe Nacional de la Isla, y está abierto a todos los que deseen participar.
 Cada tercer miércoles de mes habrá un encuentro en el propio Centro de Estudios Martianos a fin de intercambiar sobre el desarrollo de los temas abordados por el Grupo.
El próximo será el día 25 de marzo a propósito del aniversario 120 de la firma del Manifiesto de Montecristi por parte de José  Martí, Delegado del Partido Revolucionario Cubano, y de Máximo Gómez, general en jefe del Ejército Libertador, antes de partir para Cuba a fin de incorporarse a la Guerra Necesaria, preparada por el Apóstol, que había estallado el 24 de febrero de 1895.



jueves, 12 de marzo de 2015

Leer es un placer





Argentina Jiménez
En pos de los libros. Apuntes de un lector ruso, proporciona tan amena e instructiva lectura  que quien abra ese título se sentirá atrapado en sus líneas y no se detendrá hasta llegar al final. Entonces…  le quedará la sensación de querer seguir leyendo las vivencias de su autor, Alexander N. Moiséev, escritor y ensayista   especializado en temas internacionales.
 Sucede que Moiséev nos transporta, como si fuéramos a su lado, hacia  los lugares visitados por él en busca de la historia  de esos valiosos tesoros bibliográficos y de las bibliotecas, objetivo de sus fascinantes recorridos por Grecia, España, México, Cuba y Moscú.
A través de las crónicas incluidas en las 150 páginas del volumen publicado por la Casa Editora Abril, ofrece profusión de datos de los orígenes y desarrollo de la biblioteca de Alejandría, una de las maravillas del mundo antiguo, saqueada y destruida tres veces, hasta dar una panorámica de la modernísima y nueva inaugurada en octubre de 2002, de once pisos, de los cuales siete son  salas de lectura que pueden acoger de una vez a dos mil personas.
 De la Nacional de ese tipo de Madrid, los textos que guarda y el surgimiento de esa ciudad brinda información abundante, así como de la de México fundada por Benito Juárez, la José Martí, de La Habana, con testimonios de anteriores directores y del actual, Eduardo Torres Cuevas, y la Estatal de Rusia, la Leninka.
  De todas y otras más como la biblioteca del monasterio de El Escorial, la del Congreso de los Estados Unidos, una de las mayores del mundo, y la extraordinaria del Vaticano, hallará ilustrativos datos que engrosarán sus conocimientos al respecto.
También encontrará  referencias acerca de la aparición de la práctica de la lectura y de las grandes colecciones de libros, entre otras reseñas de esos centros “encargados de reunir, conservar y facilitar el uso social de las obras impresas”.
  Moiséev, con dominio del lenguaje periodístico, traslada al lector numerosas anécdotas y curiosidades sobre los temas abordados y vivencias extraordinarias de sus visitas a sitios emblemáticos como los mencionados, sobre los cuales habla de manera tan coloquial que da gusto leer ese ilustrativo libro.



lunes, 9 de marzo de 2015

MARZO: MOMENTOS IMPORTANTES DE LA VIDA DE JOSÉ MARTÍ EN SUS ULTIMOS 25 AÑOS




1870

El 4 de marzo de 1870 condenan a José Martí a  seis años de presidio. Estaba preso desde el 21 de octubre de 1869 en la cárcel de La Habana, acusado de infidencia por tildar de apóstata a su condiscípulo Carlos de Castro y de Castro. Lo trasladan al presidio departamental (en las canteras de San Lázaro). Allí será el Preso 113. 

 1875

Veintidós años tenía José Martí cuando arribó a  México. En el país azteca trabaja como periodista y publica su primera crónica en el  periódico Revista Universal,  el día 2 de 1875. Entre sus escritos aparecen artículos de opinión sobre el acontecer político de esa nación y expone sus preocupaciones por el presente y futuro a Nuestra América. Allí establece relaciones con quien sería un gran amigo y le escribirá su última carta antes de caer en combate: Manuel  Mercado.  Es en la patria de Benito Juárez donde se desarrolla su sentimiento antianexionista y  comprende el peligro que para ese país representan los Estados Unidos de Norteamérica.
  Ese año, en forma de folletín encuadernable, Revista Universal inicia el 12 de marzo  la publicación de su traducción de Mes fils, obra de Víctor Hugo. Ya es conocido por sus escritos y en 1876 es propuesto por el periódico El Socialista, órgano del Gran Círculo Obrero, como candidato a delegado al Primer Congreso Obrero efectuado en la capital mexicana. Este hecho constituye un reconocimiento y demuestra la alta estimación que ha despertado entre los trabajadores allí.
 En Revista Universal   laboró hasta 1876 y formó parte de su cuerpo de redactores.

1880
  Al arribar a Nueva York en carácter de exiliado, en 1880,   encuentra un ambiente de derrotismo entre los emigrados. Había llegado hacía  solo veinte días, y casi nadie lo conoce. En un acto en Steck Hall  ofrece un discurso que levanta los espíritus y conquista voluntades.  Desde que comienza a hablar se percibe una receptividad que anima y justifica las razones que impelen a continuar la lucha por la independencia de Cuba. En sus palabras  predomina la reflexión. De hecho, en esa ocasión,  26 de marzo, asume como presidente del Comité Revolucionario Cubano en esa ciudad, que dirigiría la nueva etapa de la guerra.

1881

En enero de 1881 llega Martí a Venezuela. En Caracas rinde homenaje a Simón Bolívar ante la estatua del prócer. En Caracas imparte clases de gramática francesa y de literatura en el Colegio Santa María, en febrero, y el 21 de marzo habla por primera vez en el país suramericano. Lo hizo  en el Club de Comercio y en su discurso dijo: "Y como para todos los que del lado azul del Atlántico nacimos, hay una obra común y magnífica que hacer, vengo a ofrecer, triste y dignamente, mis servicios a los hombres, a poner hombro en la obra". Fue ovacionado.


1892
El sueño acariciado de Martí, el periódico Patria,  fundado y dirigido por él,
apareció el 14 de marzo de 1892. Desde su primer número los cubanos que deseaban la independencia de Cuba lo vieron  como suyo. En sus artículos de fondo, les hablaba de la unidad  tan necesaria para lograr ese objetivo y de la guerra necesaria. Ilustres personalidades colaboraron en el periódico que devino  órgano oficial del Partido Revolucionario Cubano a partir del número 176. El último se publicó el 31 de diciembre de 1898. Al caer en combate Martí, el 19 de mayo de 1895, y bajo la dirección de Enrique José Varona, quien lo sustituyó, se dedicó un número a resaltar su figura.
 En  honor al importante periódico, desde los primeros años de la década de 1990 el 14 de marzo se celebra en Cuba el Día de la Prensa Cubana.

1895
Catorce años después, en 1895, ya en los finales de sus trajines independentistas,y sabiendo que el 24 de febrero había estallado en Cuba la guerra organizada por él, firma el 25 de marzo de 1895 con Máximo Gómez, en Santo Domingo,  el Manifiesto de Montecristi.  En él  se explican las razones de la guerra  necesaria del pueblo cubano contra el coloniaje  español.
 Antes de partir para Cuba, escribe todas las cartas necesarias que aseguran la mejor dirección del Movimiento






jueves, 12 de febrero de 2015

Memoria de prisión y de vida




Por: Argentina Jiménez

Un canto a la amistad, al amor y la solidaridad es el tema central del libro Decidme lo que es un árbol, memoria de la prisión y la vida, de Marcos Ana, comunista español condenado a muerte, pena conmutada por la de 60 años de cautiverio en cárceles de la dictadura franquista.

 De los 23 años que estuvo preso, cuenta innumerables experiencias de cómo transcurría la existencia de los presos políticos y cómo los comunistas estaban organizados clandestinamente incluso en aquellos terribles y primeros tiempos cuando la más pequeña delación podía suponer la tortura o la muerte.

 El relato de quien se hizo poeta en la prisión lo preceden dos prólogos, uno a la edición cubana, del doctor Armando Hart, y el de José Saramago, quien califica el volumen de “una lección a la Humanidad” Y agrega el destacado escritor que Marcos Ana examina y describe con sutil bisturí y un estilo seguro de sus recursos, la vida en la cárcel, sus heroísmos y sus desfallecimientos, la solidaridad convertida en instinto, la valentía como un hábito, sin las que no sería posible sobrevivir al infierno de los días y las noches, de larga espera de una libertad que para muchos nunca llegó.

 Marcos Ana la obtuvo gracias a un decreto del dictador Francisco Franco, quien anunció la libertad para todos los presos políticos que llevaran más de 20 años encarcelados de manera ininterrumpida. Era noviembre de 1961 y de los 465 que había solo en el penal de Burgos, él fue el único que cumplía ese requisito.

Decidme… consta de 179 páginas, estructurado en siete capítulos y aspectos. Esta entrega de la Editorial Ciencias Sociales deja constancia de las ideas de Marcos Ana, expresadas en el siguiente párrafo:

Yo no soy un poeta cultivado, solo un hombre que escribió versos, un poeta necesario, cuyos poemas se extendieron por el mundo y se tradujeron hasta el japonés, no por su valor literario, sino porque era mi voz la voz de muchos, una voz encarcelada, un testimonio vivo que contribuyó a la defensa y a la libertad de mis hermanos”.

En una carta enviada a él por Pablo Neruda, en la cual le daba la bienvenida a su libertad, le decía: Tú  eres el rostro que esperábamos, resurrecto, resplandeciente, como si en ti volvieran a vivir luchando los que cayeron”.




viernes, 30 de enero de 2015

NUESTRA VERDADERA FORTALEZA


por Ricardo Alarcón de Quesada
Palabras en la UNEAC durante la presentación de la edición cubana del libro de Louis A. Pérez Jr “Cuba en el imaginario de los Estados Unidos”, La Habana, 27 de enero de 2015

La edición cubana de éste, uno de los más recientes libros de Louis A. Pérez Jr., se suma a la fértil cosecha de quien es profundo estudioso de Cuba y de sus vínculos con Estados Unidos. Su publicación tiene especial importancia ahora cuando el restablecimiento de las relaciones diplomáticas provoca tantos comentarios, especulaciones y también no pocas ilusiones. A ese tema, el de nuestra posición hacia el poderoso vecino, dedicó Martí reflexiones que siempre tendrán plena vigencia, entre ellas su recomendación de examinar con ojos judiciales lo que era y habría de ser cuestión determinante para la suerte de la nación cubana.

El Apóstol era todavía un adolescente cuando el Padre de la Patria descubrió que “apoderarse de Cuba” era “el secreto de la política norteamericana” y que para llevarlo a cabo buscarían el momento más oportuno y las condiciones más propicias. A ese cálculo frío y actitud malévola se referiría Martí quien conoció como pocos aquella sociedad y alertó a tiempo el peligro mortal que encerraba para Cuba.

El libro de Louis A. Pérez, fruto también de un conocimiento a fondo de la sociedad norteamericana, es resultado de una investigación minuciosa que abarca todos los terrenos, desde la política hasta la vida cotidiana, incluyendo las más diversas manifestaciones de la cultura. Su lectura puede sorprender a quienes han reducido el tema a las contradicciones coyunturales y desavenencias que enfrentaron a dos buenos vecinos a partir de la Revolución cubana de 1959, el llamado “diferendo”, eufemismo muy abusado a ambos lados del estrecho de la Florida.

“Cuba in the American imagination” prueba que se trata de algo mucho más complejo y antiguo, anterior al surgimiento de la nación cubana. Su origen se remonta a los años inmediatamente posteriores a la independencia de las Trece Colonias y ha perdurado, como una constante invariable, a lo largo de más de dos siglos, durante todo el proceso de formación, expansión y desarrollo de los Estados Unidos.

La idea de que Cuba les pertenecía, que su incorporación era necesaria para la existencia misma de la Unión Norteamericana y en consecuencia, era obligación inevitable de ésta decidir el futuro de la Isla, es el verdadero punto de partida para entender la dinámica de las relaciones entre los dos países desde entonces hasta hoy.

Esa idea, acompañada de una visión distorsionada de la realidad de Cuba y los cubanos, siempre paternalista y discriminatoria y muchas veces racista, estará presente en los discursos de estadistas y políticos, en editoriales, caricaturas, y artículos periodísticos, en disertaciones académicas, en libros, sermones, poemas y canciones y también, por supuesto, en documentos oficiales y confidenciales. La pretensión de dominar a Cuba, claramente manifestada en estos últimos, requería contar con el apoyo o la aquiescencia del pueblo norteamericano en el seno del cual siempre hubo simpatías y sentimientos amistosos hacia los habitantes de un país cercano a ellos por muchos motivos. Controlar y dirigir la mente de ese pueblo ha sido objetivo permanente para los dueños de Estados Unidos.

El resultado lo resume el autor:

“Cuba ocupaba muchos niveles dentro de la imaginación norteamericana, frecuentemente todos a la vez; de ellos casi todos funcionaban al servicio de los intereses de Estados Unidos. La relación norteamericana con Cuba era por sobre todas las cosas servir de instrumento. Cuba –y los cubanos- eran un medio para alcanzar un fin, estaban dedicados a ser un medio para satisfacer las necesidades norteamericanas y cumplir los intereses norteamericanos. Los norteamericanos llegaban a conocer a Cuba principalmente por medio de representaciones que eran por completo de su propia creación, lo cual sugiere que la Cuba que los norteamericanos escogieron para relacionarse era, de hecho, un producto de su propia imaginación y una proyección de sus necesidades. Los norteamericanos rara vez se relacionaban con la realidad cubana en sus propios términos o como una condición que poseía una lógica interna o con los cubanos como un pueblo con una historia interior o como una nación que poseía su propio destino. Siempre ha sido así entre Estados Unidos y Cuba.”

La raíz de ese modo de representarse a Cuba –y también al resto del mundo— era la representación que los norteamericanos han hecho de sí mismos, producto igualmente de su propia imaginación. El primer gran mito es el de atribuir un carácter revolucionario a las acciones de los propietarios de las Trece Colonias para independizarse de la Corona Británica. Indagaciones posteriores revelan que el proceso tuvo como motivaciones principales el interés de los colonos en extender su dominio sobre territorios ubicados más allá de los límites geográficos establecidos por Londres y la preocupación ante el avance indetenible en la metrópolis de los sentimientos abolicionistas que amenazaban con poner fin, cual sucedió, al tráfico y la explotación del trabajo esclavo. Entre los que enfrentaron a su Majestad Británica había representantes del pensamiento más avanzado de la época, como Tom Payne y sectores populares que aspiraban a cambiar también la estructura de la sociedad colonial, pero fueron derrotados y reprimidos por los Padres Fundadores y sus continuadores. No exagera el profesor Gerald Horne cuando titula uno de sus estudios más recientes “La Contrarrevolución de 1776”.

El otro gran mito es el que vincula a la nueva república con la idea de la democracia. Este resulta particularmente notable pues desde el principio Hamilton, Madison y Jay se empeñaron en demostrar lo contrario e insistieron en asegurar que su Constitución garantizaría que el país fuera siempre gobernado por sus amos, los dueños de sus riquezas materiales.

Esos mitos conjugados animan la idea de la “excepcionalidad” norteamericana y el carácter mesiánico, providencial, de su papel en la Historia. Esa creencia ha sustentado el discurso de todos los gobernantes desde Washington hasta Obama. La eficacia de su proyección es obvia. Con él han logrado embriagar, hasta el embrutecimiento, a un muy amplio sector de su población y a no pocos en otros países.

La función del lenguaje, y la comunicación como instrumentos de control político, con diversas y cada vez más sofisticadas técnicas, alcanzan ya un poder del que resulta difícil escapar. Hace casi medio siglo Brzezinski vaticinó que las nuevas tecnologías serían capaces no sólo de “manipular las emociones” sino también de “controlar la razón” del hombre contemporáneo.

Cuando en fecha tan temprana como 1805 Thomas Jefferson diseñó un destino para Cuba, que en su convicción más profunda era indispensable para el futuro de su propio país, definió al mismo tiempo la estrategia para conseguirlo. Estados Unidos tendría que apoderarse de Cuba pero antes deberían existir las condiciones que lo facilitasen.

Entonces la soberanía norteamericana no iba más allá del Mississippi. Las dos Floridas, desde el gran río hasta el Atlántico, seguían bajo la autoridad española. Cuba y Estados Unidos no eran aún vecinos.

Transcurrió casi una centuria durante la cual los sucesores de Jefferson no se limitaron a esperar. Intentaron comprar la Isla, mantuvieron a raya las apetencias respecto a ella de otras potencias europeas; se empeñaron en frustrar el proyecto liberador bolivariano, fomentaron la corriente anexionista de la sacarocracia criolla, y, durante nuestras guerras por la independencia, se negaron a reconocer las instituciones cubanas y la beligerancia del Ejército Libertador, mientras permitieron a España artillar y equipar su flota y utilizar sus puertos como bases para bloquear a los territorios insurrectos.

El momento propicio para pasar a la acción llegó, como sabemos, en 1898.

Como ilustra este libro ese año se desbordó la campaña para ganar las conciencias del pueblo norteamericano y convencerlo de la necesidad de participar en la guerra que España estaba a punto de perder. La realización del interés imperialista ejecutando, finalmente, un plan largamente concebido, fue presentada, sin embargo, como el cumplimiento de una obligación moral, altruista, la de ir al rescate de un vecino en desgracia.

El libro examina el papel de la metáfora, los símbolos, para el logro de objetivos políticos condicionando de manera más o menos sutil el modo de pensar y el estado de ánimo del receptor. Ofrece a este respecto un abundante repertorio de textos oficiales, discursos y declaraciones y también de producciones artísticas y editoriales y artículos de prensa y no falta una amplia muestra de caricaturas de la época. Cuba aparece como una joven maltratada pidiendo auxilio, o como un niño desvalido o malcriado y sucio y el Tío Sam como el caballero que viene al rescate de la doncella, o el maestro empeñado en limpiar y educar al infante descarriado. Las imágenes van cambiando según marchan los acontecimientos desde la bella mujer abandonada –los mambises, recordemos, no existían- hasta los niños díscolos, preferiblemente negros, urgidos de limpieza y disciplina.

Este muy valioso estudio abarca el Siglo XIX y los primeros años del XX. El triunfo revolucionario en 1959 iniciaría otra etapa en la que la manipulación de símbolos también desempeñaría una función primordial. Se puso de moda entonces hablar de un imaginario distanciamiento entre Washington y Batista supuestamente decisivo para el derrocamiento del dictador. Hubo que esperar hasta 1996 para conocer el texto del último mensaje del Secretario de Estado a su Embajador en La Habana, cuando concluía el año 58 en el que el señor Herter recapitulaba con amargura la ayuda que en todos los terrenos habían dado hasta ese instante al tirano derrotado.

O la leyenda incesantemente repetida acerca de los “millones” de cubanos que “escaparon” de la Isla después de la victoria de enero y que ha servido de instrumento para denigrar a Cuba y manipular groseramente la cuestión migratoria. Según sus propias estadísticas oficiales, sin embargo, es ahora, en el Siglo XXI, que esa emigración, incluyendo a su descendencia nacida allá, sobrepasa el primer millón. Y algo que suele obviarse aunque consta en los mismos registros gubernamentales: en 1958 la emigración cubana era superior a la de la totalidad del Continente exceptuando a México.

Sería interminable la relación de imágenes inventadas y falacias diseminadas en los años del período revolucionario. Permítanme rendir homenaje sólo a la “proeza” ejecutada en abril de 1961 por los intrépidos navegantes que desembarcaron por el puerto de Bayamo.

Aquella, la de 1898, fue una campaña exitosa. La solidaridad del pueblo estadounidense, manifestada con gran amplitud desde el alzamiento de Céspedes, se había intensificado treinta años después. A la simpatía natural se unía el rechazo ante la crueldad weyleriana. El respaldo popular a los cubanos alcanzó niveles muy notables y se reflejó, más allá del discurso político, en el teatro, la música y la poesía.

La intervención en el conflicto no fue vista como lo que era, una conjura imperialista, sino como la realización de un ideal noble y puro. Sumarse a los mambises y pelear junto a ellos fue el anhelo de muchos. Basta mencionar a Mark Twain y Carl Sandburg.

Esa visión generosa, desprendida, aparecería en la Resolución Conjunta por medio de la enmienda Teller que, sin embargo, contradecía al verdadero plan oficial que se concretaría en el texto del Senador Oliver Platt.

Lo que vino después es conocido. Los sueños frustrados, la lucha siempre renovada hasta el amanecer de enero y luego medio siglo de resistencia y creación, en los que no han faltado la hazaña y los sacrificios, los momentos de amargura y alegría, pero sobre todo, la certeza de haber llegado a la tierra prometida que concibieron los abuelos.

Ahora cuando se anuncia un nuevo capítulo en esta larga saga urge impedir que el olvido cubra de sombras el camino tan dolorosamente recorrido.

Porque como advirtiera Cintio Vitier en un texto que hoy y mañana habrá que recordar “en la hora actual de Cuba sabemos que nuestra verdadera fortaleza está en asumir nuestra historia”.
Fuente: Rebelión