martes, 8 de noviembre de 2016

Cayeron por la libertad de Cuba



Por Argentina Jiménez
El 8 de noviembre de 1958 se escenificó en la capital cubana el combate armado más grande de los luchadores clandestinos. Cayeron hasta tirar las últimas balas Ángel Ameijeiras Delgado .–Machaco-,  Rogelio Perea Suárez –Rogito- y Pedro. Gutiérrez Hernández –Pedrito-.
Machaco, Rogito y  Pedrito no vieron sus ideales de libertad y justicia hechos realidad. Machaco, jefe de Acción  provincial del Movimiento 26 de Julio,  no pudo conocer a su primer hijo, en esos momentos en el vientre de Norma Porras, su esposa, quien salió herida, fue llevada a un hospital, interrogada, vejada y después presa hasta el triunfo de la Revolución. Rogito no materializó la ilusión de casarse con su novia y. Pedrito no logró  despedirse de su hijita. Pensaba ir a verla el día de su cumpleaños, el mismo día que le quitaron la vida.
¡Cuántos sueños truncados! ¡Cuántas esperanzas rotas!
Ensañamiento con los cadáveres. Tres días secuestrados  en el necrocomio de la necrópolis de Colón, custodiados por esbirros del sanguinario coronel Esteban Ventura Novo. Ventura.   A través del funerario  Armando  Maulini Jordán se alquiló una bóveda.   A los tres días cuando llegó con los carros fúnebres y las respectivas cajas para recoger los cadáveres y velarlos en la funeraria, donde esperaban los familiares y amigos, impidieron sacarlos del cementerio.  A estos les avisaron que ya iban a enterrarlos y de prisa fueron para el campo santo. Ninguno pudo participar en el sepelio. La policía lo impidió.  Sin embargo, muy cerca del sepulcro llegó Ofelia de la Fuente,  viuda de Arístides Viera, otro mártir, escabulléndose, oculta y en silencio, les dio  el último adiós. Después fue a ver a Maulini para conocer  dónde estaba la bóveda. Escasos días después ya todos sabían el sitio en el cual sepultaron a sus muertos queridos, a quienes pudieron entonces visitar.
La fecha del 8 de noviembre de 1958 quedó inscrita en la historia de Cuba, y en especial en la capital, como una página heroica en la lucha por la libertad e independencia de la Patria, al escenificarse en Goicuría y O´Farrill, en la Víbora, municipio de Diez de Octubre, el mayor enfrentamiento  armado de los clandestinos en La Habana.
En el primer aniversario de su caída en combate, al inaugurarse en ese lugar una tarja que los recuerda, el comandante Raúl Castro,  afirmó: “Esos compañeros cayeron luchando en La Habana, en la batalla clandestina, como tantos otros que cayeron cumpliendo con su deber por los ideales de la Patria.
“Recuerdo que con el compañero Efigenio  (Ameijeiras) les avisé que se fueran para el II Frente Frank País, advirtiéndoles que la labor de sabotaje en la capital ya no podía dar más y que la lucha armada se imponía, a lo que contestaron que su deber estaba aquí y que si abandonaban la lucha en La Habana se podía pensar que la Sierra estaba débil y desorientarse el pueblo. Así cayeron llenos de valor y fieles en el cumplimiento del deber contraído”



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