lunes, 21 de marzo de 2016

La mujer cubana: heroica, sacrificada



  Por: Argentina Jiménez                                 
                       
 (…) ¡quién copió figuras de mujer sin ponerles en los ojos alma, y en los labios
gracias y sonrisas! * Los buenos artistas la han pintado en toda su dimensión
humana. Sin embargo, ¡tantos! con sus daños y agresiones le han eliminado
las sonrisas a partir del luminoso primero de enero de 1959. 

Interminable la lista de las cubanas que, además de heridas en el alma, les han dejado cicatrices en sus cuerpos, o perecieron víctimas del terrorismo contra nuestro país. Mas, como eternas Marianas, jamás un dolor o pérdida las han logrado amilanar.

En gesto heroico murió Fe del Valle en el intencional incendio de la tienda El Encanto por elementos contrarrevolucionarios, el 13 de abril de 1961, vísperas de la invasión por Girón, a causa de cuyos bombardeos fue herida Nemesia, la niña de los zapaticos blancos, quien perdió a la madre, como a muchos otros cenagueros:  hombres,  mujeres, niños, .les cercenaron la vida o mutilaron. 

 Lo mismo sucedió a la familia Romero en la finca San José de Altamira en el Escambray. A Paula, de 14 años, a su hermana Teodora y a su madre las golpearon los bandidos  y  después ultimaron al padre, una hermana suya y a un sobrino. Esto, solo como una muestra de sus atrocidades en disímiles hogares campesinos, expuestos a tales actos criminales, en varias regiones de la Isla.

 Quince años tenía Nancy Pavón Pavón  cuando una lancha pirata ametralló el caserío de Boca de Samá, en Banes, Holguín,, el 12 de octubre de 1971, y dejó dos personas muertas y numerosos heridos. Ella diría en una ocasión: “Destrozaron mi juventud, nunca he podido ser feliz en mi vida por mi píe”. Se lo destruyeron los desalmados al servicio de la CIA.

Durante años organizaciones contrarrevolucionarias financiadas por las administraciones  estadounidenses han realizado todo tipo de acciones a fin de entorpecer o derrocar a la Revolución, incluso en el exterior. Un  ejemplo entre tantos, en varios países: el acaecido en la embajada nuestra en Portugal, el 22 de abril de1976, donde cayeron víctima de uno de una bomba de alto poder explosivo Adriana Corcho y Efraín Monteagudo, ambos funcionarios de la legación..
Pocos meses después, el 6 de octubre, a varias mujeres en pleno disfrute de sus años  juveniles, con la cabeza llena de sueños, como Nancy Uranga, embarazada, les quitaron la existencia en el sabotaje al avión de Cubana en Barbados.  Regresaban felices junto a sus compañeros del equipo de esgrima, con las medallas de los primeros lugares ganadas en un torneo en Venezuela. Venían otras, en total 57 cubanos, 11 guyaneses y dos norcoreanos. 73 personas, desaparecidas en el mar por el vandálico ataque. Cuarenta y nueve años después, aún el enemigo  de siempre abriga en sus calles al asesino mayor: Posada Carriles. 

Todavía duele la muerte de 101 niños de 0 a 14 años, a causa del dengue hemorrágico, germen introducido en el país en 1981, que mató a 159 personas y afectó a 344 203. Madres, abuelas, tías…, no olvidan esas vidas de seres queridos tronchadas por la maldad de los ilusos yanquis, que no acaban de entender que jamás seremos una estrella en su bandera.
Libros podían escribirse de los sufrimientos padecidos por las mujeres de esta pequeña nación, contra la cual no cesan las agresiones del vecino del Norte desde el año de la liberación, aun cuando hoy viste nuevas formas (penetración ideológica), pero  con los intereses de siempre; sin mencionar los perjuicios derivados del bloqueo, que asimismo lacera e impide, por solo mencionar un ejemplo, la cura de hijos aquejados de enfermedades requeridas de medicamentos existentes en Estados Unidos  y que no nos permiten su adquisición. 

Y, aunque con un final feliz, ¡cuánto quebranto moral no  padecieron los familiares de los Cinco Héroes durante 16 años! ¡Cuántas angustias, además, los de Antonio y  Ramón antes de conmutarles las cadenas perpetuas, y el dolor y la incertidumbre sobre la situación de Gerardo! Aún fue mayor la pena para Olga y Adriana, impedidas de visitar a sus esposos, mientras las madres de Ramón y Gerardo no tuvieron la dicha de disfrutar el abrazo a su regreso, ni pudieron conocer a Gema, la niña de todos aquellos que en Cuba y allende sus fronteras hicieron posible la sentencia de Fidel: ¡Volverán!
                                                         

*José Martí, Héroe de la República de Cuba























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