Por
Argentina Jiménez
.
En
1891 a José Martí, el Apóstol de la independencia de Cuba, le publicaron los Versos
Sencillos, poemas llenos de tantos sentimientos, que han trascendido hasta la actualidad. Antes, al leerlos
por primera, escribió: “Mis amigos saben cómo se me salieron estos versos del
corazón”.
En los
46 poemas que conforman los Versos
Sencillos afloran sentimientos de quien tanto sufrió y amó, y muchos
valores, de validez mucho más de cien
años después de ser escritos: amor, tristeza, añoranza, caballerosidad, sentido
de la amistad, devoción por el progenitor, dolor, erotismo, emociones, desdén
por lo material, valentía, soledad…
Este
último sentimiento se constata en los siguientes versos: “!Vuelve fosca, a su rincón/ El alma trémula y sola. “ Su apego a
lo espiritual y no a lo material lo plasma en: “Eva se prendió al oscuro/ Talle el diamante embustero/ Y echó en el
alfiletero /El alfiler de oro puro. “ Premonición en los dos versos finales
del poema XXIII: “!Yo soy bueno, y como
bueno/ Moriré de cara al sol!”. En medio del monte, tal como quería, cayó
su cuerpo exánime, atravesado por un balazo del colonialismo español, el 19 de
mayo de 1895, en el oriente cubano.
En
muchos brota de los más hondo de su ser el patriotismo, intrínseco en su
fructífera existencia: “Yo quiero cuando
me muera/ Sin Patria, pero sin amo/
Tener en mi tumba un ramo / De flores, -
y una bandera! “ En su tumba en el cementerio Santa Ifigenia de
Santiago de Cuba, donde reposan sus restos, no falta nunca las flores y la
enseña nacional. También, su rebeldía
ante la injusticia: “Rojo como en el
desierto/ Salió el sol al horizonte:/Y alumbró a un esclavo muerto,/ Colgado a
un seibo del monte./Un niño lo vio: tembló/ De pasión por los que gimen: Y al
pie del muerto, juró/ Lavar con su vida el crimen/”.
La
decencia y la ética, siempre presente: “¿De
mujer? Pues puede ser/ Que mueras de su mordida:/ Pero no empañes tu vida/
Diciendo mal de mujer!” Y en uno de tantos versos sobre la amistad , este
con que finalizo: “Tiene el señor
presidente/Un jardín con una fuente,/ Y un tesoro en oro y trigo:/ Tengo más,
tengo un amigo/”.
El
Centro de Estudios Martianos ha editado los Versos
Sencillos de José Martí en cuatro
ocasiones, la última en su Colección Colibrí.
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