viernes, 1 de febrero de 2013

Con voz propia


                
Argentina Jiménez
A un año y casi dos meses de la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, en la capital venezolana, un evento de trascendencia histórica acaba de concluir con éxito: su Primera Cumbre, celebrada en Chile.
La diversidad entre las naciones miembros no fue óbice para que la voz de mandatarios y jefes de gobiernos se alzara para coincidir en puntos fundamentales dirigidos a consolidar la integración política, económica, social y cultural, incluidos en el documento final acordado.
En tan corto tiempo desde su fundación, la CELAC ha demostrado la enorme importancia de aquella decisión de diciembre de 2011, y son evidentes los pasos de avances en el proceso de integración de la región, sin los gringos dictando órdenes.
Palabras y frases  clave se escucharon en boca de varios representantes de los países participantes: el respeto a la paz, la solidaridad,  defensa del multilateralismo, condena al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, en franca violación de la Carta de las Naciones Unidas y de las Normas del Derecho Internacional, la unidad de los pueblos del área, el respaldo a la Revolución Bolivariana y las muestras de afecto hacia el Presidente Chávez y el deseo de su pronta recuperación.
No faltaron tampoco, el apoyo a Argentina en su reclamo de las Islas Malvinas, el valor de la Comunidad como mecanismo para la cohesión regional, la inserción en el contexto internacional y el avance hacia el desarrollo sustentable, abogar por una América Latina libre de colonialismo, contra toda forma de terrorismo, proseguir insistiendo en la urgencia de proteger el medio ambiente y en la lucha por la liberación de los Cinco antiterroristas cubanos presos injustamente en EE.UU.
De relevancia irrebatible, los pronunciamientos sobre la necesidad de buscar alternativas a fin de garantizar la ayuda a los más vulnerables y batallar por la seguridad alimentaria a fin de derrotar el hambre y la pobreza.
En este último aspecto, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Raúl Castro, en su intervención en la Cumbre, dijo: “(…) No podemos olvidar que cerca de 170 millones de latinoamericanos y caribeños viven en la pobreza, 66 millones de personas en la región están en la pobreza extrema, de los cuales 34 millones son menores”.
¡Qué pensaría José Martí en el aniversario de su 160 cumpleaños, día en que se clausuró el evento, cuando escuchó a Raúl y recordó aquella máxima suya, hecha realidad en la Patria que no lo olvida: “Los niños nacen para ser felices”! No para morir de hambre en un mundo desigual.
Martí y Bolívar aún tienen mucho que hacer en la América Nuestra. Siguiendo sus ideales marcha la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Tal como el Héroe Nacional cubano concibió y logró la unidad de los veteranos de las guerras de independencia en la Isla, y Fidel Castro continuó su legado histórico, las conquistas del pueblo cubano son resultado de esa irrenunciable unidad que nos caracteriza y ha hecho que venzamos tantos traspiés puestos por el enemigo del Norte y por nuestras propias ineficiencias.
El Presidente Chávez afirmó en su mensaje a la Cumbre: “La CELAC  es el proyecto de unión política, económica, cultural y social más importante de nuestra historia contemporánea. Tenemos todo el derecho de sentirnos orgullosos: la Nación de Repúblicas, como la llamaba el Libertador Simón Bolívar, ha comenzado a perfilarse como una hermosa y feliz realidad”.
Cuba, al asumir la Presidencia Pro Tempore de la CELAC, de seguro hará el mejor trabajo posible para fortalecer la organización. En esa ocasión, Raúl puntualizó que rechazaremos la injerencia, la agresión, la amenaza, el uso de la fuerza y potenciaremos el diálogo, la concertación y la solidaridad entre nuestras naciones.



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