Angel
Pedrito Rogito
Por:
Argentina Jiménez
La
fecha del 8 de noviembre de 1958 quedó inscrita en la historia de Cuba, y en
especial de la capital,* como una página heroica en la lucha por la libertad de
la Patria. En
Goicuría y O´Farrill, Víbora, cuatro jóvenes del Movimiento 26 de Julio,
encabezados Machaco Ameijeiras, jefe provincial de Acción y Sabotaje en La Habana, y entre ellos una
mujer embarazada**, enfrentaron a una fuerza policíaca superior en número y
armamento y solo pudieron vencerlos al quedarse sin parque.
El amanecer de aquel sábado presagiaba un día hermoso.
Fresco. El cielo, azul intenso. Mas, la belleza no traía aparejada la alegría. Temprano,
corrió la noticia de boca en boca. En la madrugada hubo un combate*** entre
la policía y tres jóvenes, que murieron
en él. ¡Mentira! Hasta el balcón en el segundo piso de Goicuría 523 los
llevaron vivos los agresores y exhibieron como trofeos, tras cerciorarse de no correr peligro y poder
entrar al apartamento 5. Una adolescente los vio desde la ventana de su casa,
en un edificio enfrente.
Los
bajaron a empujones, golpeándolos con furia, y
condujeron
a un lugar tenebroso, que quedó teñido de rojo y restos de partes de cuerpos
humanos, arrancados a ellos por esbirros con bárbaras torturas y bajo improperios
y las miradas de sus jefes, satisfechos por haber atrapado las tan buscadas y ansiadas
presas.
Seguramente se asombraron de lo corajudos de
sus prisioneros, pues no cesaron de
defenderse con los puños o como pudieron, llamarlos como lo que eran: asesinos, cobardes, y gritarles
viva la Revolución,
mientras les quedó un hálito de vida.
Un mes y veintidós días después, los verdugos de
Ángel –Machaco-, Ameijeiras Delgado, Rogelio Perea Suárez –Rogito- y Pedro
Gutiérrez Hernández - Pedrito-, tampoco pudieron disfrutar de aquel jueves
primero de enero de 1959, de cielo azul intenso, fresco, luminoso, porque
escabulléndose en la oscuridad de la madrugada huyeron como ratas.
El sonido de los pasos firmes del pueblo en
Revolución lo escuchaban muy cerca y, atemorizados, salieron a la desbandada… los que tuvieron la oportunidad. Atrás dejaron a los fieles
matones y torturadores, ejecutores de sus
crímenes, a muchos de los cuales la justicia revolucionaria les cobró las
atrocidades cometidas.
La belleza de ese primer día del nuevo año sí
trajo aparejada la alegría… y también la libertad y dignidad, disfrutada
desde su pedestal por los mártires sagrados de la Patria, por la cual
ofrendaron sus vidas, y a partir de entonces por el pueblo cubano.
* El 8 de noviembre es el Día de la Clandestinidad en La Habana, en homenaje a los
luchadores contra la tiranía de Fulgencio Batista, caídos en el territorio. **Norma Porras Reyes, herida,detenida, juzgada
y presa hasta el 1 de enero de 1959. *** Considerado el combate más
intenso de la clandestinidad.
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