Argentina Jiménez
De la abundante y
variada fauna del Polo Norte –sin olvidar el animal símbolo del Ártico: el oso
polar-, sus montañas nevadas, de momentos indescriptibles al ver caer los
hielos de los glaciales hacia el mar o las diversas tonalidades de la aurora
boreal, propias y preludio del invierno en esa
parte del mundo, les cuenta Juan
Reyneiro Fagundo Castillo en su libro En el techo del planeta, de la Editorial
Científico-Técnica, 2013.
El autor, Doctor en
Ciencias Químicas (1979), relata esas y otras vivencias de su estancia en la
isla noruega de Spitsbergen, muy cercana al Polo, donde durante dos meses,
junto al ingeniero Julio Valdés, formó parte de una expedición internacional,
la primera en la que nuestra nación participa con un plan de investigación
definido.
Con lenguaje
sencillo, a veces poético, y a modo de diario, refiere anécdotas sobre cosas
extraordinarias que pudo conocer y admirar, afrontando temperaturas casi
siempre muy bajas y expuesto en períodos
prolongados a la intemperie ártica, en busca de fuentes de agua para tomar
muestras, que después analizarían con el fin de conocer el mecanismo mediante
el cual adquieren su composición química en esa fría región.
La parte cubana
llevó a cabo un gran volumen de mediciones químico-físicas y análisis químicos in situ del importante elemento, de
diferente naturaleza hidrogeológica,
como de las zonas sub y supraglaciar, de fuentes permanentes de cuevas de
hielo, manantiales, arroyos, lagos…
En esta obra de
Reyneiro el lector encontrará suficiente información de la vida en esos inhóspitos parajes, sus
bellezas, peligros enfrentados sin enfermarse ni tener accidentes, del
denominado viento föhn (huracán polar), que en una ocasión les rompió la
ventana donde dormían; conocerán del invierno allí, cuando “las radiaciones
solares que se extinguen al inicio de esta temporada, no volverán a asomarse
sobre el techo del planeta hasta dentro de seis meses. En ese lapso desaparecerán
los apacibles amaneceres y ocasos, y en su lugar la aurora fulgurará a menudo
en el firmamento junto al destello de las luces que reflejan la Luna y las estrellas, todo lo
cual hace menos angustiosa la larga noche”.
Fagundo Castillo,
también Doctor en Ciencias (1994), Investigador Titular, Investigador de Mérito
y Profesor Titular, ha realizado una vasta labor científica y técnica sobre
Hidrogeoquímica y Calidad del Agua, y sus resultados los ha dado a conocer en
conferencias en Cuba y otros países. Además de En el Techo del planeta, tiene escritos otros 20 títulos y 200 artículos científicos en revistas
especializadas.
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