Pedro Martínez Píres
La
Cancillería
cubana dio una nueva muestra de alta diplomacia al invitar a la actual
administración de Estados Unidos a buscar una solución aceptable para los dos
países en el caso del norteamericano Alan Gross, quien fue detenido, procesado
y sancionado a 15 años de cárcel en La Habana por tratar de implementar un programa subversivo
financiado por Washington, mediante el establecimiento de sistemas de
comunicaciones ilegales y encubiertas, con el uso de tecnología no comercial.
La declaración de la Cancillería cubana,
que ha tenido amplia repercusión en medios nacionales e internacionales, se
produjo a raiz de una información originada en Washington dando cuenta de que
Gross, subcontratista de la famosa USAID, supuestamente una Agencia para el
Desarrollo Internacional, inició la pasada semana una huelga de hambre en la
capital cubana reclamando negociaciones entre su país y Cuba que conduzcan a su
liberación.
Josefina Vidal, directora general de la Dirección que
atiende los Asuntos de Estados Unidos en la Cancillería cubana,
dijo que Washington y La Habana
deberán procurar una solución aceptable para ambas partes, que contemple las
preocupaciones humanitarias de Cuba relacionadas con el caso de los tres
cubanos del grupo de los Cinco, que continúan injustamente encarcelados en
Estados Unidos por más de 15 años.
Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, son los tres cubanos que continúan detenidos en cárceles de Estados Unidos desde 1998, mientras que René González y Fernando González ya están en su patria luego de cumplir íntegramente sus sanciones.
Revela la declaración de la Cancillería cubana que
Alan Gross ha recibido un tratamiento digno y decoroso y no está cumpliendo su
sanción en una cárcel, sino recluído en un hospital, no porque su situación de
salud lo requiera, sino porque allí se le garantiza atención
especializada por personal médico calificado. Agrega la nota del
Ministerio cubano de Relaciones Exteriores que Gross está en buenas condiciones
físicas y su salud es normal y estable, y están bajo control y con tratamiento
médico especializado los padecimientos crónicos propios de sus 64 años
de edad.
A diferencia del cubano Gerardo Hernández Nordelo,
quien está injustamente condenado a dos cadenas perpetuas más quince años, y no
ha podido reunirse con su esposa Adriana Pérez, el subcontratista Alan Gross ha
sido visitado por su esposa y su abogado, con los que mantiene además
comunicaciones telefónicas y electrónicas sistemáticas, así como con otros
familiares y amistades, además de recibir accesos consulares mensuales de
funcionacios diplomáticos norteamericanos y visitas de personalidades políticas
y religiosas, en el hospital donde cumple su sentencia.
El gobierno de Estados Unidos, que en estos días ha
quedado nuevamente en evidencia por su injerencismo en Cuba mediante programas
de la propia USAID, la cual ha sido expulsada de varias naciones
latinoamericanas, tiene ahora la oportunidad de mejorar su imagen, actuando en
forma humanitaria, y favoreciendo una solución aceptable que contemple la
liberación del estadounidense Alan Gross y los cubanos Gerardo Hernández, Ramón
Labañino y Antonio Guerrero, considerados Héroes en Cuba por su lucha contra el
terrorismo en la ciudad de Miami, donde viven y actúan con toda impunidad
criminales tan abominables como Luis Posada Carriles.
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