miércoles, 31 de octubre de 2012

Paseo sobre adoquines



No miren solo a la altura de sus ojos al andar por las calles adoquinadas de La Habana antigua. Levanten la vista y quedarán admirados de tanta elegancia que emana de sus balcones, de madera o hierro, sencillos o de complicados trabajos, todos hechos con elevado buen gusto.


Hermosas filigranas tejidas por manos privilegiadas de buenos herreros, diestras en el arte de adornar casas coloniales, conservan una seductora belleza, que harán recordar al transeúnte tiempos pasados rescatados para el presente y el futuro.

Observen aquellos detalles que hacen retrotraer la mente a épocas que dejaron su impronta en ese pedazo de historia reflejada en diversos tipos de arquitecturContemple también los guardavecinos, de finas y hermosas figuras, que como fronteras decorativas entre balcones corridos, caracterizaron las construcciones de momentos idos.a colonial o barroca, de siglos anteriores.

Todo ello destinado a deleitar el espíritu de quienes no debieran pasar de largo por esas calles estrechas y llenas de gente, reservorios de historia que el urbanismo de otras áreas de La Habana no han podido despojar de su magia y encanto.

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