Sumario.
Los colonialistas españoles condenaron injustamente a ocho jóvenes estudiantes
de Medicina por un hecho que no
cometieron y el 27 de noviembre de 1871
los fusilaron. Los cubanos conmemoran esa fecha, porque en la Isla no se olvida a los
mártires.
Por
Argentina Jiménez
Corría
el año 1871. Cuba sufría bajo la bota del colonialismo español, régimen que en
esos momentos afrontaba una situación adversa. Los mambises –cubanos que
luchaban por la independencia de su patria de la metrópoli- golpeaban duramente a las tropas de su
ejército. Las fuerzas del Ejército Libertador vivían un período de recuperación
en el orden militar.
.En
tal contexto histórico y ante la imposibilidad de asestar un golpe demoledor a
los mambises, los colonialistas en su impotencia, asesinaban a los prisioneros
insurrectos, sin respetar las leyes de la guerra.
El cuerpo de voluntarios (estaba integrado por españoles radicados en la Isla y constituían una fuerza
significativa, que cooperaba con el
Ejército Español para destruir cualquier movimiento insurreccional, ya fuera
anexionista o independentista) con sus
actos de violencia sembraron el terror impunemente
en acontecimientos como el saqueo del Palacio Aldama, los sucesos del Teatro
Villanueva, el Café "El Louvre" y el fusilamiento de los ocho
estudiantes de Medicina el 27 de noviembre de 1871, expresión de represalia de
la metrópoli contra los independentistas cubanos, con la connivencia de las
autoridades colonialistas de mayor rango.
Se
imponía la violencia. Desde entonces –y desde mucho antes-, como actualmente en
diferentes países, capitaneaba la injusticia contra los pueblos combatientes
por su emancipación. Reinaba y reina todavía, contra la cual luchan los
pueblos, por mejoras en la educación, empleo, porque desaparezca la
discriminación, y por tantos otros
flagelos que imponen los regímenes capitalistas.
El
crimen contra los ocho estudiantes de Medicina fue una venganza, como la que
lleva a cabo Estados Unidos contra los Cinco Héroes antiterroristas cubanos
injustamente presos en cárceles de esa nación.
Ellos eran jóvenes alegres de entre 16 y 21 años, del primer año de esa
carrera, a quienes segaron la vida por la falsa acusación de haber profanado la
tumba del periodista español Don Gonzalo Castañón.
El
juicio fue amañado, como el de Los Cinco, y después de ser fusilados, sus
cadáveres los arrojaron en una fosa, sin la presencia de familiares, y sus
partidas de defunción no se registraron en ninguna iglesia, como era la
costumbre, hasta dos meses después, que
las asentaron en los libros del cementerio Colón. A 11 de los otros
compañeros de curso involucrados en la causa, los condenaron a seis años de
prisión, 20 recibieron condenas de cuatro años y cuatro, de seis meses de
reclusión.
Entre
los condenados estaba Fermín Valdés Domínguez, amigo entrañable de José Martí,
Héroe Nacional de Cuba, quien en sentidos versos dejó para la posteridad su
sentir por ese crimen: Cadáveres
amados los que un día/ Ensueños fuisteis de la patria mía,/ Arrojad, arrojad
sobre mi frente/ Polvo de vuestros huesos carcomidos! / ¡Tocad mi corazón con
vuestras manos! ¡Gemid a mis oídos! / ¡Cada uno ha de ser de mis gemidos/
Lágrimas de uno más de los tiranos!”.
Los
nombres de los ocho estudiantes quedaron en la historia: Eladio González, Carlos de la Torre, José de Marcos
Medina, Pascual Rodríguez, Anacleto Bermúdez, Alonso Álvarez de la Campa, Ángel Laborde y
Carlos Verdugo.
El
27 de noviembre es una fecha de gran significación histórica en el país
caribeño. Ese día, cada año, es de
conmemoración; durante la
República mediatizada y después del triunfo del Primero de
Enero de 1959.
Los
estudiantes universitarios, con mayor presencia de los de Medicina, y los de la Enseñanza Media,
así como el pueblo en general, parten cada año, ese día, desde la escalinata de la Universidad de La Habana, en el Vedado, hasta
la Explanada
de la Punta,
próxima al Malecón, en la parte antigua de La Habana, a llevarles flores hasta el mausoleo que
allí los recuerda, a rendirles homenaje, aunque el mejor homenaje que les
tributan “es el diario cumplimiento del deber” -frase de Ernesto Che Guevara-,
en los estudios y en las tareas que.de ellos demanda la Revolución Cubana.
Mausoleo a los ocho estudiantes
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