Por Argentina Jiménez
Solo con voluntad y decisión un fumador empedernido, o
no, logra dejar ese mal hábito. Pueden llenarse cuartillas con las motivaciones
que condujeron a algunos a contraer la enfermedad del tabaquismo, porque es una
enfermedad, sépalo, o a abandonarlo, pero el tema en esta ocasión es el de los
beneficios que reporta prescindir de esa adicción y cómo lograrlo.
Cuenta Ramón que descubrió nuevos sabores y olores. Esas
sensaciones de paladar y olfato motivan. Se fumaba casi treinta cigarros al
día, ahora solo media caja. Reynold tiene el mérito de haberlo dejado
completamente hace alrededor de tres años; ahora duerme mejor, no ha tenido más
catarros ni aquella tos perruna que le impedía conciliar el sueño a su esposa.
Dora, profesora en un tecnológico, padecía de catarros
frecuentes que derivaban en faringitis, no ha vuelto a tenerla ni a perder la voz, además, ya no se siente
culpable de la doble moral: no fumar delante de los alumnos, pero esconderse de
ellos para hacerlo.
Y como esos pacientes que acuden a los Centro Comunitario
de Salud en los quince municipios de La Habana, a los cursos para alejarse del vicio, suman más quienes
atesoran valiosas experiencias en su empeño, y algunos han devenido integrantes
de los grupos de autoayuda, son aquellos que abandonaron la adicción y están a
disposición de quienes quieren imitarlos.
La doctora en Medicina General Integral y Psicóloga
Esther Castillo Rodríguez, está al frente del proyecto contra el tabaquismo, en
el Centro Comunitario de Salud de Centro Habana, y al respecto señala:
“El tratamiento dura seis semanas, con dos encuentros
semanales de dos horas cada uno. Es una terapia de grupo modelo de psicoterapia
cognitivo conductual, basado en un aprendizaje
de cómo se formó, se mantiene y puede romper una adicción. Los temas
tratados se apoyan con materiales de video, se hacen ejercicios de relajación,
respiración y se habla de los daños y beneficios para la salud.
“Pasadas tres semanas se evalúan los síntomas de
abstinencia, la modificación del estilo de vida, la autoestima, métodos de
enfrentamiento (una hora de consulta individual). Se hace un examen física,
chequeo médico y se evalúan los factores
individuales, familiares, personales, laborales, o sea, lo que no se
dice en el grupo.
“Desde la primera semana se suman los tratamientos con
Medicina Natural y tradicional: auriculoterapia, esencias florales, y cuando llegan
a la abstinencia se aplican las microdosis de nicotina, no necesarias en todos
los casos.
También explica la doctora Castillo las tres fases por
las cuales pasa todo paciente: la de desintoxicación –de siete a veinte días-,la
deshabituación –los tres o cuatro meses subsiguientes- y la de modificación de
estilos de vida, al año. El proceso de cambio lo va consolidando a través del
tratamiento. Ya el hecho de solicitar una atención quiere decir que ha pasado a
la fase de acción.
Si fuma, hágase el propósito de dar la bienvenida al 2013,
alejado de ese mal hábito.
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