Argentina
Jiménez
Como
una inigualable reliquia histórica se yergue en la capital cubana, en el
municipio de Centro Habana, el Museo
Fragua Martiana, enclavado en el lugar donde el Héroe Nacional de Cuba, José
Martí, cumplió una condena de trabajo forzado, a los dieciséis años de edad,
que lo marcaron física y espiritualmente para toda la vida.
A
ese emblemático e histórico lugar llegó en 1953, en el centenario del Apóstol, la Marcha de las Antorchas, que
se reedita cada 28 de enero, día de su natalicio, en la
Cuba revolucionaria, y contó este año con la participación
del Presidente Raúl Castro y otros Presidentes
participantes en la II Cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se celebra en La Habana el 28 y 29 de enero,
entre ellos Nicolás Maduro, de Venezuela, y Evo Morales, de Bolivia..
La idea
de rescatar para el culto a la posteridad
algún pedazo de las canteras de San Lázaro donde cumplió trazado forzado
José Martí, datan de 1873, pero no fue hasta el 6 de abril de 1944 cuando se
logró, tras múltiples gestiones de defensores y promotores de la preservación
de ese espacio, inaugurar el Rincón Martiano, y el 28 de enero de 1950 fue
colocada la primera piedra de lo que sería la Fragua, obra finalizada en 1951. El 21 de diciembre de ese año ambos sitios fueron
declarados Monumento Nacional.
Desde
entonces y hasta el triunfo de la Revolución Cubana, el primero de enero de 1959, la Fragua dirigió su quehacer
hacia la exposición de objetos museables, el desarrollo de un programa
socio-cultural, la labor docente, de investigación y la difusión del
pensamiento martiano.
En una de las salas se exhiben fotos y objetos
relacionados con el período desde su nacimiento, el 28 de enero de 1853, hasta
1974; en otra, pertenencias y documentos
del Héroe Nacional de la Isla,
por ejemplo, la mesa y una butaca que
usó en la casa de un amigo, la almohadilla de olor que le obsequiara María
Granados en Guatemala y varias reliquias de inapreciable valor, y la tercera,
dedicada a su participación en la organización de la guerra de 1895, expone,
asimismo, las horquillas del bote utilizado por Martí al desembarcar en Cuba
para incorporarse a la gesta independentista y el revólver con que combatió
contra las tropas colonialistas españolas, por breves minutos, por la libertad de su Patria.
También
en el pasillo por el cual se sale al patio exterior pueden verse objetos y
documentos del cubano cuyas ideas trascendían – y trascienden- las fronteras de
la Isla y
abarcaban –abarcan- todo el continente americano y el Caribe.
Y
en el Jardín de los recuerdos, lugar lleno de vegetación y de ambiente
sobrecogedor, donde se observan ruinas de la cantera del presidio, han sido
colocadas dos tarjas que rememoran el sufrimiento de sus padres por la injusta
y rígida pena impuesta al casi niño entonces, y una estatua en la que aparece
al tamaño natural con los grilletes en los tobillos, rodeada de siete placas en
memoria de quienes junto al joven Martí padecieron los rigores de la cárcel.
José Martí, ha dicho el líder histórico de la Revolución Cubana
Fidel Castro, es el Autor Intelectual del asalto al cuartel Moncada, que en 2013
se cumplieron seis décadas de la acción que marcó un hito decisivo en la historia
de las luchas por la independencia de Cuba.
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