Argentina Jiménez
Apasionante la lectura sobre los
últimos tres meses y pocos días en la vida del Apóstol, durante los cuales sube
y baja lomas, cruza ríos, confraterniza con todos, recibe muestras de apoyo y
afecto, carga medicinas para los heridos, los cura y escribe cartas,
instrucciones generales a jefes y oficiales…; esto y mucho más encontrará el
lector en la edición crítica de José
Martí, diarios de campaña.
Comienza sus anotaciones el 14 de febrero de
1895 y el texto queda trunco el 17 de mayo del mismo año. Incluye dos
capítulos: De Montecristi a Cabo Haitiano y de Cabo Haitiano a Dos Ríos, Anexos
contentivos de figuras representativas mencionadas por el Maestro, lugares
vinculados a la ruta martiana, Glosario de localismos y otros términos
significativos.
El Héroe describe como un pintor el
entorno por donde transita, a las personas con quienes se encuentra; vaya poder
de observación el suyo, nada de cuanto lo rodea en su andar por territorio
oriental escapa a su aguda mirada: “…el agua coral, las hojas de la yagruma
blanquean el suelo, traen de la cañada a rastras, para el chubasco, pencas
enormes, me acerco al rumor y veo entre piedras y helechos, por remansos de
piedras finas y alegres cascadas, correr el agua limpia”.
Su riqueza en el lenguaje, su erudición deja
plasmadas en cada página, en las cuales vuelca sus emociones, estado de ánimo,
sufrimientos, dolor… Sobrecogedor el relato del encuentro con el Titán de
Bronce el 5 de mayo: “me hiere –escribe Martí- … muestro mi descontento de
semejante indiscreta y forzada conversación, a mesa abierta, en la prisa de
Maceo por partir… Y así, como echados, y con ideas tristes dormimos”.
En otro momento: “me lavan mi ropa
azul, mi chamarreta”, ¿será que también el 19 de mayo del 95 le lavaban la ropa
de mambí y por eso fue a su primer combate vestido como para una fiesta, con
pantalón claro, saco, sombrero de castor y borceguíes negros? Quizás la
sorpresa le impidió cambiar su atuendo. Aún es una incógnita.
El elemento agua es recurrente en los
diarios. En las líneas finales de sus anotaciones el 17 de mayo reza: “Esta muy
turbia el agua crecida del Contramaestre”; así lo atravesó “hermoso, erguido en
su caballo de batalla”, como escribió Máximo Gómez, sobre Baconao, el caballo
fogueado en la guerra regalo de José Maceo, el día infausto de su caída en
combate.
Publicado por el Centro de Estudios Martianos es un acercamiento al espíritu sensible del Héroe de Dos Ríos que enternece y provoca emociones distintas y más amor por el Apóstol de la independencia de Cuba.
Publicado por el Centro de Estudios Martianos es un acercamiento al espíritu sensible del Héroe de Dos Ríos que enternece y provoca emociones distintas y más amor por el Apóstol de la independencia de Cuba.
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